Una cuestión de tamaño

sábado, 26 de noviembre de 2011

Ítaca




¿Qué pasó con Ulises después de poner sus pies en las arenas de Ítaca, luego de años de ausencia? ¿Qué opinó Penélope de las batallas, los viajes, al compararlas con sus peleas: mantener la casa, educar a Telémaco, lidiar con los pretendientes?
¿Y si Troya era un lugar en la mente de Ulises? ¿Si todas las mañanas Penélope se despertaba, y del otro lado de la cama estaba el cuerpo amado? ¿Por qué Ulises habría dejado entrar a los pretendientes, descuidado a Telémaco? ¿Por qué Penélope no cedió ante las ofertas?
¿Tan seductoras eran las sirenas, o Circe? ¿Tan terrible era la caverna de Polifemo en la que Ulises trabajaba?
Hoy Ulises ha regresado a Ítaca. ¿Podrá reconocer a su mujer y a su hijo? ¿Podrán reconocerlo?
Así estamos: de regreso. Confiando en la generosidad del amor,  esperando.


lunes, 21 de noviembre de 2011

Quiero morir solo.

Quiero sentir el beso de la muerte en mi cara, tengo la sensación de la muerte justo a mi lado, mis pesadilla se han convertido en realidad. Ya no las puedo frenar de mi mente van a desbordar 
Mi pesadilla, es el día que me dejes solo en este mundo sin nadie que me ame, y luego te veo desaparecer, y muero en vida, y entonces mi vida empezó de nuevo, empiezo a sufrir otra vez, pero cuando veo a mi camino, entiendo que mi vida no significa nada, porque yo nací para ti y tu para mí, y si te vas te seguiré, aunque a el lugar más oscuridad en la tierra. 
En este momento creo algo "oscuro" sólo si usted piensa en la misma rutina mental que yo ... puede conocer mi sangriento sentir pasado. 



Fede

viernes, 18 de noviembre de 2011

Quiero volverte a extrañar

Quiero volverte a extrañar. Volver a sentir esa ansiedad de mirar el reloj y rogar, que sea la hora en que nos volvamos a encontrar.
Quiero volver a imaginar mil encuentros. Mil encuentros clandestinos, fugaces, fallidos.
Quiero volverte a buscar para perderte y tener que volverte a buscar. Quiero volverte a buscar y que huyas y no te dejes alcanzar.
Quiero imaginar una despedida obligada que haga nuestro encuentro insuficiente y nos haga desear más. No quiero una despedida definitiva, no quiero un adiós. Quiero una despedida que me pida que te vuelva a buscar.
Quiero dormirme agotado en tus brazos y despertar sin tenerte a mi lado. Y creer que todo nuestro encuentro fue sólo un sueño. Y salir desesperado a perseguir ese sueño.
Quiero volverte a extrañar para no dejarte nunca de amar.


RB

jueves, 17 de noviembre de 2011

Lluvia


Se sentó junto a la ventana esperando la lluvia; en su caída iba a  lavar todas sus tristezas, imaginaba, y lo dejaría nuevo y crujiente, para recibir otra vez el sol en la cara.
Esperaba sin ansias. No importaba si iba a tardar un siglo o un suspiro, o si no iba a llegar nunca más y  se quedaría desgranando almanaques en medio de su vida de caracol, de rutina, de imposibles.No se inquietaba porque sabía  que estirando los dedos siempre podría  tocar los suyos, como tocaba sus hombros y sus labios. También intuía (lo deseaba más que a nada) que podía sentir su tacto.
Se acompañaban así, mutuamente, como lo hacían ahora, desde siempre, y no se cansaba de repetírselo aunque supiera que ya lo sabía.
Dulcísimos sueños, rezó. Duérmase tranquilo, yo estoy acá, a su lado

martes, 8 de noviembre de 2011

Con mayúsculas

Como las letras, a veces alguien tiene mayor tamaño que los demás. También distinta forma. Ojo, lo del tamaño no siempre es literal porque se puede ir por la vida así, sin demasiados brillos, estándar, casi sin recodos oscuros, y sin embargo ser a la vez grande, inabarcable se diría. En cambio la forma, ah, esa sí es diferente en serio; es lo que hace que todos se callen y escuchen: la forma de mirar, de decir, incluso de hacer siempre lo mismo pero provocando un resultado distinto según el interlocutor.

Mayúsculo es “mayor que lo ordinario en su especie”. Es, entonces, extraordinario; y, como tal, grandísimo, enorme otra vez. Como esas inmensidades que meten miedo; como la sensación de poder y al mismo tiempo, de vértigo y pequeñez que nos provoca pararnos al borde del abismo.

SL

Comprarme un gorro

Hombres de mundo, mentes aisladas, caminos con destinos artísticos.

Ideas únicas, elecciones comunes, verdades que no todos conocen.

Palabras zumbantes, oídos tontos, mentiras placenteras.

La verdad siempre se sirve en plato caliente. Si duele el pecho mejor no hacerlo saber, debe ser por algo que tenés dentro. Nadie puede sacarlo sin permiso personal.

Piedras mortales, brazos flojos, miradas penetrantes con caminos directos.

Equivocados.

Soledad.

Falsedad.

¿Cuánto eres capaz de aprender con tanto humo asqueroso?

Le toman el pulso. Está muerto. Pregunta si está bien. No del todo, no sabrían decirle. Está muerto.

De todas maneras pregunta porque aún no lo sabe. Algo siente. Pero pregunta porque cree no sentir nada.

Será que está muerto en vida. Lo que complica entender no es solo el hecho de cómo está dicho, porque es lo que dice el problema.

RS

Talvez allá

Parecía un día normal en todo caso. Pero yo notaba que lo único que creía necesitar era un poco de algún aire más calmo. Un aire algo más reconocible. Un poco más distinto, por decirlo de una forma más sencilla.

Joder un poco, cambiar el aire. Tengo ganas de otras cosas, tengo ganas de pensar más de lo que pienso.

Eso será, ¿más de lo mismo? ¿Cosas distintas? Ni siquiera eso sería capaz de saber pensar. Sin embargo estoy casi por acá, a punto de pensar en otro aire por completo.

Me dijeron que me convenía dejarme llevar. Qué más da. ¿Qué tan lejos podría llegar?

Si me pierdo no estaría mal. Perderme por completo, pero cambiando de aire.

Una vez escuché que los críos nacen junto a algo más. Ese algo podría ser aire. El mismo.

RS