Una cuestión de tamaño

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miércoles, 25 de enero de 2012

Señales




La luz al fondo de la calle que parpadea (dos veces) y al final se apaga.

Un bocinazo en el silencio de la madrugada.

Amarillo y rojo el sol se levanta sobre el mar, en el momento preciso del nudo en el estómago.

Sopla descarada la brisa, olor a criollitos imposibles, en esta ciudad no tienen idea.

Hoy el cielo reclama su azul a los gritos, como nunca antes.

El viejo pasa tambaleándose y es la  imagen de los domingos por la tarde que creías olvidada.

Un benteveo se posa en el cable del teléfono y chilla un reclamo que suena como su nombre.

Inexplicablemente, los paraísos han florecido. Recién.

Las palabras que rondaban
desencajadas todas las noches por tu cabeza, al fin toman la forma perfecta.

Levanto la mano y la agito en el aire; estoy acá.

SL

sábado, 3 de diciembre de 2011

Estatura



Pienso en vos en las noches de tormenta. Llueve y me paro frente al espejo; por primera vez en mucho tiempo puedo decir que me gusta lo que veo. Sólo un detalle: la estatura. Me pongo zapatos de tacos altos,altísimos. La espalda derecha, los hombros hacia atrás. Levanto la barbilla y miro de reojo. Ahora sí. Nada mal.
Es increíble que tenga que hacer tanto esfuerzo para tratar de alcanzarte. Empecé subiendo a cuanto escalón podía, encaramándome a sillas, bancos, alféizares de ventanas ajenas. Hasta llegué a trepar tapias y por qué no, algún árbol generoso.Y no. Para vos sigo ahi, abajo. Mínima, invisible. Vos ni siquiera  te reís de mis ganas de crecer  ni te fijás en lo linda que estoy. No me ves.
Altísimo. No puedo llegar a vos
Y sigue cayendo esta lluvia.

SL

jueves, 17 de noviembre de 2011

Lluvia


Se sentó junto a la ventana esperando la lluvia; en su caída iba a  lavar todas sus tristezas, imaginaba, y lo dejaría nuevo y crujiente, para recibir otra vez el sol en la cara.
Esperaba sin ansias. No importaba si iba a tardar un siglo o un suspiro, o si no iba a llegar nunca más y  se quedaría desgranando almanaques en medio de su vida de caracol, de rutina, de imposibles.No se inquietaba porque sabía  que estirando los dedos siempre podría  tocar los suyos, como tocaba sus hombros y sus labios. También intuía (lo deseaba más que a nada) que podía sentir su tacto.
Se acompañaban así, mutuamente, como lo hacían ahora, desde siempre, y no se cansaba de repetírselo aunque supiera que ya lo sabía.
Dulcísimos sueños, rezó. Duérmase tranquilo, yo estoy acá, a su lado

martes, 8 de noviembre de 2011

Con mayúsculas

Como las letras, a veces alguien tiene mayor tamaño que los demás. También distinta forma. Ojo, lo del tamaño no siempre es literal porque se puede ir por la vida así, sin demasiados brillos, estándar, casi sin recodos oscuros, y sin embargo ser a la vez grande, inabarcable se diría. En cambio la forma, ah, esa sí es diferente en serio; es lo que hace que todos se callen y escuchen: la forma de mirar, de decir, incluso de hacer siempre lo mismo pero provocando un resultado distinto según el interlocutor.

Mayúsculo es “mayor que lo ordinario en su especie”. Es, entonces, extraordinario; y, como tal, grandísimo, enorme otra vez. Como esas inmensidades que meten miedo; como la sensación de poder y al mismo tiempo, de vértigo y pequeñez que nos provoca pararnos al borde del abismo.

SL

sábado, 1 de octubre de 2011

Cíclico

Tantas vueltas alrededor del mismo tema, para al final darte cuenta de que esto solo podía terminar así, que lo recurrente de tus errores ni siquiera podría legitimarlos. Entonces, mientras el día se apaga y te encontrás otra vez solo, fumando como un tarado frente a esa pantalla muda, volvés a preguntarte si tantas mentiras no son más de lo mismo, otra forma de disfrazar tu enorme inseguridad y el vacío que te está carcomiendo. Y lamentás los errores del pasado, pero no tenés los huevos suficientes como para tratar de revertirlos, pero tal vez... tal vez ella también esté del otro lado de esa pantalla muda, reprochándose no haberte buscado, fumando como una tarada y esperando que el silencio se rompa. Pero no; no le hablás; estás convencido, en el fondo, de que no mereces ser feliz.

SL

domingo, 14 de agosto de 2011

There will come the time

There will come the time when people shall find the answer
To the eternal silently uttered questions,
And that answer will be modest and neat,
It will have the simplicity of home-kneaded bread
And the smell of the rose-bay flowers in the dark.
There will come the day when the storm will be over
And the spectrum will sign a brand new agreement
For all who may adhere, high above in the sky,
A new beginning, in ecstatic contemplation.
All the blessed creatures of the Earth
Will rejoice and sing the songs of the Unspoken
For the silence will mutter all the living sounds
And will create the subtle melody of Chaos.
Down the rivers the chants of the witches will flow
Baptizing the awakening world with blood and honey,
Welcoming a new eternity.


SL

jueves, 11 de agosto de 2011

Fugaz

Tan pasajero, tormenta, estrella, malabarismo y caída libre, tan de pronto e irreal que me apremia, me anima a sentir que soy quien nunca podré ser, despierto y habito otro cuerpo, con otras savias recorriéndome; elijo construir el mismo deseo y al fin logro atravesar la marisma, triunfante y renovada, la conciencia de una nueva yo, fundada a imagen y semejanza de tus ávidas manos, de tu boca esquiva, de todos tus anhelos pez de ébano, verbena, nomeolvides, no me olvides cuando arranques las malezas sin música ni sonidos, híbrido de hada y desolación. Entonces consigo sentir tu dolor porque es mío, mi mano en tu muñeca protegiéndote, atesorándote, no hay daño, no lo habrá. Efímero, breve, expiración. Parto y nazco y me doy a luz y al tiempo me sepulto hasta que decidas, hasta el amén final.


SL

sábado, 30 de julio de 2011

Anular

Voy a aprovechar este rato para escribirte lo que estoy pensando. Digo voy a aprovechar porque si no, no me dejás hablar. No es que no me guste escucharte; es más, me encanta oírte decir todas esas palabras raras, tan difíciles que tengo que repetirlas mentalmente dos, tres veces para acordármelas y después vengo y las busco en el diccionario y vos seguís hablando tan lindo, yo ya me perdí, y cuando vuelvo ya no importa; por eso te decía que voy a aprovechar ahora que dormís y no te escucho para decirte que tenés una sonrisa que apaga las estrellas y palabras que me marean, y que tus manos siempre son tan lindas y tan limpias que me gusta mirarlas y que hoy vi, lo vi en serio: tenés una sonrisa, unas palabras, y tenés un anillo.

SL

martes, 26 de julio de 2011

La espera

Nada más sencillo y a la vez desafiante que esperar. Simple: una debe dejarse caer sobre, digamos, un escalón, o el banco de una plaza. Acomodar los miembros de una manera más o menos recatada, husmear la cartera para disimular la ansiedad, encender un cigarrillo, quizás dos, si la suerte es favorable, y quedarse así, como si nada, expectante, imaginando cómo será cuando la veas bajar la calle, tan etérea, las manos en los bolsillos del gabán oscuro como sus ojos, acercándose un paso por vez, y te ve y al fin esa sonrisa que tanto te desvela y ahora está acá, no en una foto. El encuentro, al principio, algo raro. “Hola, al fin nos conocemos, qué linda, en serio, vos también”, y tu mano roza sus dedos y sentís que por fin sabés quién sos.


SL