Una cuestión de tamaño

martes, 27 de diciembre de 2011

DOS




Por un tiempo asumimos que las contradicciones eran insalvables y nos entregamos a ellas, danzando por separado en nuestros mundos, unidos por un exacto eje de simetría que dibujaban aquellos días, esas noches. Así fue que ignoramos la potencia del veneno que esas contradicciones liberaban despacio y en silencio. Es claro ahora para mí que el mundo no admite simetrías que reduzcan, que conviertan lo complejo en simple, que amolden el caos y lo conviertan en un cosmos agradable, que encaucen las fuerzas destructivas de la chance y el azar. Ahora resulta claro que, antes o después, en un último acto de simetría, uno de los dos, cualquiera de los dos, habría de desafiar esa correspondencia invariable, rindiéndose al impulso natural de comprobar la armonía por el arbitrario ejercicio de una disonancia. Así debía ser. Así fue.




sábado, 17 de diciembre de 2011

Mis primeras lecturas

Empecé a interesarme por la literatura cuando tenía trece o catorce años. A la noche le pedía los libros a mi padre, los llevaba para mi cuarto, los sacaba de sus forros de nailon y los dejaba apilados sobre el escritorio. Me sentaba en una silla enclenque frente a la pila. Tomaba dos o tres tragos de limonada con hielo. Limpiaba los lentes. En general, me acordaba de que la persiana estaba alta cuando ya me había acomodado, así que, con gran malhumor, me levantaba, la bajaba y volvía a mi silla enclenque. Entonces sí: la puerta ya cerrada, aislado del mundo, recién cenado y ávido de todos los libros, rompía la pila, los esparcía sin ceremonias sobre el escritorio, los ordenaba por tamaño y empezaba a olerlos. Página por página, cada una con su perfume.

FV

sábado, 10 de diciembre de 2011

Asi termina esta historia




En este mundo imperfecto con la lejanía de tus ojos y el anochecer oscuro que han dejado tus besos, así termina esta historia que pensé que sería eternamente. En el inmenso mar que mis ojos han logrado ver, por llorar tanto, por no tenerte más cerca de mí, así termina esta historia,en el olvido estará . En el calor que tu cuerpo se ha llevado, que me ha dejado helada como un témpano, así estoy sin ti. Tu boca que ya no es la misma que yo solía besar, tus manos a las que tanto extraño, a tus abrazos, a todo tu ser, quiero que sepas que lo importante que fuiste para mí. En este mundo imperfecto con tu adiós como eco que en mi mente resuena, sólo me queda decirte que todavía te amo.

fede

sábado, 3 de diciembre de 2011

Estatura



Pienso en vos en las noches de tormenta. Llueve y me paro frente al espejo; por primera vez en mucho tiempo puedo decir que me gusta lo que veo. Sólo un detalle: la estatura. Me pongo zapatos de tacos altos,altísimos. La espalda derecha, los hombros hacia atrás. Levanto la barbilla y miro de reojo. Ahora sí. Nada mal.
Es increíble que tenga que hacer tanto esfuerzo para tratar de alcanzarte. Empecé subiendo a cuanto escalón podía, encaramándome a sillas, bancos, alféizares de ventanas ajenas. Hasta llegué a trepar tapias y por qué no, algún árbol generoso.Y no. Para vos sigo ahi, abajo. Mínima, invisible. Vos ni siquiera  te reís de mis ganas de crecer  ni te fijás en lo linda que estoy. No me ves.
Altísimo. No puedo llegar a vos
Y sigue cayendo esta lluvia.

SL

sábado, 26 de noviembre de 2011

Ítaca




¿Qué pasó con Ulises después de poner sus pies en las arenas de Ítaca, luego de años de ausencia? ¿Qué opinó Penélope de las batallas, los viajes, al compararlas con sus peleas: mantener la casa, educar a Telémaco, lidiar con los pretendientes?
¿Y si Troya era un lugar en la mente de Ulises? ¿Si todas las mañanas Penélope se despertaba, y del otro lado de la cama estaba el cuerpo amado? ¿Por qué Ulises habría dejado entrar a los pretendientes, descuidado a Telémaco? ¿Por qué Penélope no cedió ante las ofertas?
¿Tan seductoras eran las sirenas, o Circe? ¿Tan terrible era la caverna de Polifemo en la que Ulises trabajaba?
Hoy Ulises ha regresado a Ítaca. ¿Podrá reconocer a su mujer y a su hijo? ¿Podrán reconocerlo?
Así estamos: de regreso. Confiando en la generosidad del amor,  esperando.


lunes, 21 de noviembre de 2011

Quiero morir solo.

Quiero sentir el beso de la muerte en mi cara, tengo la sensación de la muerte justo a mi lado, mis pesadilla se han convertido en realidad. Ya no las puedo frenar de mi mente van a desbordar 
Mi pesadilla, es el día que me dejes solo en este mundo sin nadie que me ame, y luego te veo desaparecer, y muero en vida, y entonces mi vida empezó de nuevo, empiezo a sufrir otra vez, pero cuando veo a mi camino, entiendo que mi vida no significa nada, porque yo nací para ti y tu para mí, y si te vas te seguiré, aunque a el lugar más oscuridad en la tierra. 
En este momento creo algo "oscuro" sólo si usted piensa en la misma rutina mental que yo ... puede conocer mi sangriento sentir pasado. 



Fede

viernes, 18 de noviembre de 2011

Quiero volverte a extrañar

Quiero volverte a extrañar. Volver a sentir esa ansiedad de mirar el reloj y rogar, que sea la hora en que nos volvamos a encontrar.
Quiero volver a imaginar mil encuentros. Mil encuentros clandestinos, fugaces, fallidos.
Quiero volverte a buscar para perderte y tener que volverte a buscar. Quiero volverte a buscar y que huyas y no te dejes alcanzar.
Quiero imaginar una despedida obligada que haga nuestro encuentro insuficiente y nos haga desear más. No quiero una despedida definitiva, no quiero un adiós. Quiero una despedida que me pida que te vuelva a buscar.
Quiero dormirme agotado en tus brazos y despertar sin tenerte a mi lado. Y creer que todo nuestro encuentro fue sólo un sueño. Y salir desesperado a perseguir ese sueño.
Quiero volverte a extrañar para no dejarte nunca de amar.


RB

jueves, 17 de noviembre de 2011

Lluvia


Se sentó junto a la ventana esperando la lluvia; en su caída iba a  lavar todas sus tristezas, imaginaba, y lo dejaría nuevo y crujiente, para recibir otra vez el sol en la cara.
Esperaba sin ansias. No importaba si iba a tardar un siglo o un suspiro, o si no iba a llegar nunca más y  se quedaría desgranando almanaques en medio de su vida de caracol, de rutina, de imposibles.No se inquietaba porque sabía  que estirando los dedos siempre podría  tocar los suyos, como tocaba sus hombros y sus labios. También intuía (lo deseaba más que a nada) que podía sentir su tacto.
Se acompañaban así, mutuamente, como lo hacían ahora, desde siempre, y no se cansaba de repetírselo aunque supiera que ya lo sabía.
Dulcísimos sueños, rezó. Duérmase tranquilo, yo estoy acá, a su lado

martes, 8 de noviembre de 2011

Con mayúsculas

Como las letras, a veces alguien tiene mayor tamaño que los demás. También distinta forma. Ojo, lo del tamaño no siempre es literal porque se puede ir por la vida así, sin demasiados brillos, estándar, casi sin recodos oscuros, y sin embargo ser a la vez grande, inabarcable se diría. En cambio la forma, ah, esa sí es diferente en serio; es lo que hace que todos se callen y escuchen: la forma de mirar, de decir, incluso de hacer siempre lo mismo pero provocando un resultado distinto según el interlocutor.

Mayúsculo es “mayor que lo ordinario en su especie”. Es, entonces, extraordinario; y, como tal, grandísimo, enorme otra vez. Como esas inmensidades que meten miedo; como la sensación de poder y al mismo tiempo, de vértigo y pequeñez que nos provoca pararnos al borde del abismo.

SL

Comprarme un gorro

Hombres de mundo, mentes aisladas, caminos con destinos artísticos.

Ideas únicas, elecciones comunes, verdades que no todos conocen.

Palabras zumbantes, oídos tontos, mentiras placenteras.

La verdad siempre se sirve en plato caliente. Si duele el pecho mejor no hacerlo saber, debe ser por algo que tenés dentro. Nadie puede sacarlo sin permiso personal.

Piedras mortales, brazos flojos, miradas penetrantes con caminos directos.

Equivocados.

Soledad.

Falsedad.

¿Cuánto eres capaz de aprender con tanto humo asqueroso?

Le toman el pulso. Está muerto. Pregunta si está bien. No del todo, no sabrían decirle. Está muerto.

De todas maneras pregunta porque aún no lo sabe. Algo siente. Pero pregunta porque cree no sentir nada.

Será que está muerto en vida. Lo que complica entender no es solo el hecho de cómo está dicho, porque es lo que dice el problema.

RS

Talvez allá

Parecía un día normal en todo caso. Pero yo notaba que lo único que creía necesitar era un poco de algún aire más calmo. Un aire algo más reconocible. Un poco más distinto, por decirlo de una forma más sencilla.

Joder un poco, cambiar el aire. Tengo ganas de otras cosas, tengo ganas de pensar más de lo que pienso.

Eso será, ¿más de lo mismo? ¿Cosas distintas? Ni siquiera eso sería capaz de saber pensar. Sin embargo estoy casi por acá, a punto de pensar en otro aire por completo.

Me dijeron que me convenía dejarme llevar. Qué más da. ¿Qué tan lejos podría llegar?

Si me pierdo no estaría mal. Perderme por completo, pero cambiando de aire.

Una vez escuché que los críos nacen junto a algo más. Ese algo podría ser aire. El mismo.

RS

sábado, 1 de octubre de 2011

Cíclico

Tantas vueltas alrededor del mismo tema, para al final darte cuenta de que esto solo podía terminar así, que lo recurrente de tus errores ni siquiera podría legitimarlos. Entonces, mientras el día se apaga y te encontrás otra vez solo, fumando como un tarado frente a esa pantalla muda, volvés a preguntarte si tantas mentiras no son más de lo mismo, otra forma de disfrazar tu enorme inseguridad y el vacío que te está carcomiendo. Y lamentás los errores del pasado, pero no tenés los huevos suficientes como para tratar de revertirlos, pero tal vez... tal vez ella también esté del otro lado de esa pantalla muda, reprochándose no haberte buscado, fumando como una tarada y esperando que el silencio se rompa. Pero no; no le hablás; estás convencido, en el fondo, de que no mereces ser feliz.

SL

Algún día

Ya, algún día, mañana o en treinta años, cuando vos estés entrando tu auto a tu garaje y tu esposo te esté mirando por la ventana y vos vuelvas del trabajo y tus hijos te estén esperando adentro de tu casa y pienses que qué bueno pero qué cansada estoy, cómo se me ha pasado la vida, yo capaz que te voy a estar esperando en la puerta de tu casa y te voy a contar. Entonces vos vas a entender algo más y vas a llorar, y yo voy a llorar, y te voy a saludar y me voy a ir y al día siguiente nos vamos a juntar a tomar un café porque vamos a seguir siendo muy buenos amigos, aunque siga habiendo temas de los que apenas hablamos y miedos que no queremos resolver.

FV

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Ingenua

—No seas ingenua, querés. Claro que te estoy escuchando.
—Y por qué no contestás.
—Porque me quiero hacer el interesante, el que estoy en la mía, el difícil.
—Pero no te sale, boludo.
—Ya sé, mija. ¿Vos pensás que yo no...?
—¿Y entonces? Pero qué pelotudo...
—¿...me doy cuenta de que vos te das cuenta?
—Pelotudo, pelotudo, ¡pelotudo!
—A mí no me insultés, porque yo no te insulté.
—¡¡¡PELOTUDO DE MIERDA!!!
—La reputa que te parió, ¿sos boluda?
—¿Y vos, pétalo de pajero?

Él tiene más fuerza y la quiere matar.
Piensa que es injusto, que es terrible, que es demasiado fácil.
Ella agarró un cuchillo y ahora se lo clava en el cuello.
Piensa que qué horror, que mirá lo que hice, dios.
Los dos se mueren.
Se mueren, se mueren, se mueren, se mueren.
Se mueren.

FV

Apariciones

pensé en mí. pensé en tiempo. pensé en cosas que se pierden. pensé en cosas que, aunque están ahí, no están, y también pensé en que si hoy no están, no van a estar nunca. pensé en las baldosas (siempre pienso en las baldosas). pensé en el asfalto. pensé en el gris del asfalto. y volví a pensar en el asfalto, en cómo me destroza los pies, en cómo me gasta los huesos, en cómo me hace así la cabeza, en cómo quisiera que no estuviera, en cómo siempre me elimina. pensé en apariciones. pensé en teclas, en letras, en puños, pensé en películas, en hombres, en niños, en mujeres, en viejos, y después de pensar en todo eso se me ocurrió que era tiempo de volver a pensar en mí. así que volví a pensar en mí.

FV

viernes, 23 de septiembre de 2011

Lógica nueva

Mi vida está entrando en una lógica 140 Palabras. Si voy al cine, escucho las primeras 140 palabras que los actores, directores o guionistas tienen para decir y me voy. Si en ese lapso no dijeron nada importante, probablemente no digan nada importante en las dos horas siguientes. Si empiezo un libro de autoayuda y en las primeras 140 palabras no siento que ya me haya ayudado, lo cierro igual que como lo abrí –sin emoción, sin exaltamiento del alma– y lo tiro. Con las novelas no es lo mismo. Ahí los autores tienen más licencia. Para esos casos, mis parámetros indican que puedo continuar la lectura si en las primeras 140 palabras me plantan la certeza de lo que voy a leer después es necesario. Por ahora nunca funcionó. Así sigo, entonces; creído de mis 140.

FV

jueves, 22 de septiembre de 2011

Rata

El día que empiece a entender que yo no puedo haber sido eso –que jamás a nadie se le hubiera ocurrido ni se le va a ocurrir pensar que yo pude, en algún momento de mi vida, haber sido eso, y que lo único que soy ahora y fui desde el primero de mis tiempos es una ratita violácea recontrapodrida– voy a haber aprendido algo valioso en esta mi recontrarreputa vida y voy a haber captado el mensaje y lo voy a haber asimilado como dios manda y me lo voy a haber pasado bien por el medio del orto, como siempre me han dicho que debo hacer cuando algo me demuestre cuán humano soy, porque parece que el orto es el lugar donde los milagros ocurren, así que aquí está la bala, señores. No mojen la pólvora.

FV

domingo, 18 de septiembre de 2011

Esos días

Aún extraño esos días.

Esos días en los que el tiempo era nuestro y nada de lo que había alrededor podía impedir que fuéramos solo nosotros.

No importaba el momento ni el lugar. Solo era necesario vernos para caer descontrolados en el deseo. Nada ni nadie entonces nos importaba. Si escuchábamos pasos o voces nos reíamos cómplices de solo imaginar ser descubiertos. Pero nunca abandonamos. Seguimos.

Todo fue veloz, torbellino, nada fue calma. Y aun así, nuestros encuentros nos parecieron eternos.

Fuimos un solo cuerpo pero no dejamos de ser dos. Nos podíamos contradecir y enojar, pero eso nos unía aun más. En nuestras diferencias y en nuestras coincidencias encontramos un lugar.

Ardimos. Jugamos con fuego. No medimos ni el placer ni el dolor.

Solo puedo imaginar cómo esos días llegaron. Solo puedo especular cómo se fueron.

RB

domingo, 4 de septiembre de 2011

Domingo

No importa si es verano. Una hoja se suelta de una rama y empieza a volar por encima de las casas y de las nubes que no están. Planea sola entre los idiomas tóxicos de los pájaros que se la quieren comer. Hoy los colores del arcoíris son botas húmedas golpeando el asfalto en los pies de una señora mayor y cabizbaja. La hoja quiere estar lejos de eso. Ella ve cómo el naranja es la baldosa suelta y el azul el agua contaminada debajo de la baldosa. Quiere huir cuanto antes de esa plaga horrible. Trepa de a poco por el cristal que recubre el planeta hasta que, a lo lejos, ve una salida. Se agita enseguida. Hace planes. Toma impulso. Quiere salir. Quiere salir ya. Pero el fuego es más fuerte. La hoja se despedaza. Cae.


FV

sábado, 27 de agosto de 2011

Algo

No sé qué escribir. Me cuesta. Me cuesta mucho. Sudo. Me esfuerzo. No me sale nada. Escribo y tiro. A esta altura es casi lo mismo escribir que tirar. No tengo ganas de escribir. Tengo sueño. Tengo el cuerpo cansado. Los párpados flojos. La vanidad oculta. No quiero escribir. No quiero que me obliguen a escribir ni quiero obligarme a mí mismo. Tengo que poder decirme no. Convencerme de que hay momentos y momentos, y que este no es uno de ellos. Debería ser un poco más fácil. ¿Qué me complica? Algo. Algo que lo complica todo y no se deja ver. Algo frágil y poderoso. Intrincado; medusa bamboleante, cerco móvil. Quiero y no. Antes sí. Ahora no sé. Vos sabés pero no me decís. Las cosas. Soy esto. Vos sabés. No jodas más. Andá a dormir. Dale.


FV

martes, 23 de agosto de 2011

Déjalo libre

Tenemos que hablar, me pediste.

Hacía tiempo que no nos veíamos. Asentí en silencio. Ordenamos un café.

Sé que te pedí que me dejaras ir, comenzaste diciendo.

Nos ahogábamos. Estábamos creciendo. Queríamos crecer más, necesitábamos más espacio, creíamos que no nos estábamos dando todo el lugar que necesitábamos. Nos superponíamos, no nos complementábamos, nos superponíamos, y a la vez dejábamos lugares vacíos, profundos lugares huecos. No sé qué fue lo que inclinó la balanza, si que nos sintiésemos encimados o nos sintiésemos separados. Solo sé que la distancia fue creciendo y nació un silencio que se hizo insoportable.

Si amas algo, déjalo libre, sí… Sé que te pedí que me dejaras ir, terminaste diciendo.

Te interrumpí. Rompí el silencio. ¿O fuiste vos quien me dejó ir?

Si amas algo, déjalo libre, sí…

Se te enfría el café.


RB

martes, 16 de agosto de 2011

Julian Assange [1971 - ]

Ahí está: escabulléndose. Tú lo ves y no. Nadie diría que este hombre es una amenaza. Ni siquiera es seguro decir que sea un hombre. Todos lo miramos raro. Algunos, por supuesto, lo quieren matar. Otros no se quedan en el quiero y ya pasaron al busco. Otros lo admiran y otros solo lo odian. Él no aparece por ningún lado, obvio. No al menos claramente. Su esencia le dicta razones y él cumple. Algo lo domina, y él se deja dominar. Algo que por ahora no parece ser carne o alma o viento. Algo simple; acaso desconcertante. Un día, Julián —Juliancito, le diría su abuela— se va a levantar en cualquiera sea la selva en la que ahora está acampando y va a pensar que nada de lo que hizo valió la pena.


FV

domingo, 14 de agosto de 2011

There will come the time

There will come the time when people shall find the answer
To the eternal silently uttered questions,
And that answer will be modest and neat,
It will have the simplicity of home-kneaded bread
And the smell of the rose-bay flowers in the dark.
There will come the day when the storm will be over
And the spectrum will sign a brand new agreement
For all who may adhere, high above in the sky,
A new beginning, in ecstatic contemplation.
All the blessed creatures of the Earth
Will rejoice and sing the songs of the Unspoken
For the silence will mutter all the living sounds
And will create the subtle melody of Chaos.
Down the rivers the chants of the witches will flow
Baptizing the awakening world with blood and honey,
Welcoming a new eternity.


SL

jueves, 11 de agosto de 2011

Fugaz

Tan pasajero, tormenta, estrella, malabarismo y caída libre, tan de pronto e irreal que me apremia, me anima a sentir que soy quien nunca podré ser, despierto y habito otro cuerpo, con otras savias recorriéndome; elijo construir el mismo deseo y al fin logro atravesar la marisma, triunfante y renovada, la conciencia de una nueva yo, fundada a imagen y semejanza de tus ávidas manos, de tu boca esquiva, de todos tus anhelos pez de ébano, verbena, nomeolvides, no me olvides cuando arranques las malezas sin música ni sonidos, híbrido de hada y desolación. Entonces consigo sentir tu dolor porque es mío, mi mano en tu muñeca protegiéndote, atesorándote, no hay daño, no lo habrá. Efímero, breve, expiración. Parto y nazco y me doy a luz y al tiempo me sepulto hasta que decidas, hasta el amén final.


SL

domingo, 7 de agosto de 2011

Tell my mamma I´m OK and then go

There is a time, a long time ago, when I was a child and you hadn’t even been born.

I used to play in that time. I used to play. Years passed by and my lonely life changed and looked as twice, your father and I, one plus one, that means twice.

Then more years, and then you appeared to full my heart.

But fast the army owned your father and in the field he died.

Now, more years, and the army still owning things which are mine.

YOU CAN’T GO! PLEASE, MY SON, DON’T GO!

It seems that this moving chair will be the only good in my life, and those graves, anger, knowledge, all ahead my chest are the fuel which make my own life, move back and forward.


RS

sábado, 30 de julio de 2011

Anular

Voy a aprovechar este rato para escribirte lo que estoy pensando. Digo voy a aprovechar porque si no, no me dejás hablar. No es que no me guste escucharte; es más, me encanta oírte decir todas esas palabras raras, tan difíciles que tengo que repetirlas mentalmente dos, tres veces para acordármelas y después vengo y las busco en el diccionario y vos seguís hablando tan lindo, yo ya me perdí, y cuando vuelvo ya no importa; por eso te decía que voy a aprovechar ahora que dormís y no te escucho para decirte que tenés una sonrisa que apaga las estrellas y palabras que me marean, y que tus manos siempre son tan lindas y tan limpias que me gusta mirarlas y que hoy vi, lo vi en serio: tenés una sonrisa, unas palabras, y tenés un anillo.

SL

miércoles, 27 de julio de 2011

Adolf Hitler [1889-1945]

Porque el día que ganaron los malos también hubo fiestas, y juegos, y tortas, y licores, y colchones, y lágrimas, y sonrisas, y alegría, y pasmo, y humedad, y peleas, y reconciliaciones. Como no son tan distintos a nosotros, cuando ellos ganan también gritan, y cantan, y se abrazan, y se jactan, y se acuerdan, y dicen mejor no, y después sí, y encuentran, y exageran. Porque cuando ellos ganan nosotros perdemos, y nos hundimos, y nos desesperamos, y decimos no puede ser, y que nada es justo, y que no es posible que nada sea justo en este mundo. Porque el día que ellos ganaron nosotros estábamos llorando, y los pañuelos y todo eso. Porque el día que nosotros ganemos ellos van a estar igual, y a nadie le va a importar nada. Ni un poquito.


FV

martes, 26 de julio de 2011

La espera

Nada más sencillo y a la vez desafiante que esperar. Simple: una debe dejarse caer sobre, digamos, un escalón, o el banco de una plaza. Acomodar los miembros de una manera más o menos recatada, husmear la cartera para disimular la ansiedad, encender un cigarrillo, quizás dos, si la suerte es favorable, y quedarse así, como si nada, expectante, imaginando cómo será cuando la veas bajar la calle, tan etérea, las manos en los bolsillos del gabán oscuro como sus ojos, acercándose un paso por vez, y te ve y al fin esa sonrisa que tanto te desvela y ahora está acá, no en una foto. El encuentro, al principio, algo raro. “Hola, al fin nos conocemos, qué linda, en serio, vos también”, y tu mano roza sus dedos y sentís que por fin sabés quién sos.


SL

martes, 19 de julio de 2011

Seropositivo

Seropositivo. Seropositivo asqueante. Grotesco, inerte, desesperante seropositivo. Locura del infierno llano. Llamas, ciervos, merengue fundido y espuma y barro caliente. Hojas semiabiertas, descompuestas en vano. Oraciones sin verbo, ínfulas gigantes sin azúcar ni nada. Una televisión entristecida por el humor tibio de un cuerpo muerto en estado de reposo animal. Terribles sillas pequeñas. Arcos y flechas enviadas sin dirección. Correspondencia enmohecida, todavía desgastada. Cráneos que no piensan, acaso flores sobresalientes o espigas dobladas. Nada aquí. Todo en otras partes de allá o allí. Pasta sin textura. Textura sin curvas. Letras vivas en papel muerto; leche. Sienes bermejas tapadas, libérrimas, traición. Finales de cuentos perdidos en líneas de tiempo imposibles. Catástrofe natural en el ojo del huracán. Plasma y células desterradas de campos viciosos. Temas de conversación alrededor de una mesa de caoba y un pan de pita roto.


FV

domingo, 17 de julio de 2011

Hablemos de ponis

Tiene nueve años recién cumplidos. Por eso nos pide lo que nos pide. Que paremos de hablar de eso. Que no le gusta. Que prefiere hablar de otra cosa. No de muerte.

—Hablemos de ponis—, dice.

"Hablemos de ponis." Impecable. No del comerciante muerto ni de Suárez, al que acaban de “bajar” por vez número mil.

Hablemos de ponis. No de caballos, yeguas o toros. De ponis. Sin más. Con naturalidad. Como si fuera el tema central. Como si fuera fácil. Olvidemos que no sabemos nada sobre el asunto o que nos importa demasiado poco como para pensar mucho en ellos.

"Hablemos de ponis", dice el nene. Y hay que obedecer. Así que, bizcochos, pascualina, figazza y mate de por medio, con el nene esperando por nosotros, seguimos mirando el partido y no hablamos de ponis.


FV

miércoles, 13 de julio de 2011

Cangrejos en el río

Hay veces en que uno no sabe a dónde quiere llegar pero igual empieza. Como estoy haciendo ahora. Aunque tal vez sí sepa a dónde quiero llegar. Lo único que sé, en este momento, es que tengo que llegar a las 140. Y lo voy a hacer. Porque las letras siempre sobran, aunque las ideas sean cangrejos en el río. Porque son nobles y porque se potencian. Porque saben que hieren, y son inteligentes. Porque a nadie le cuesta demasiado llegar a 140. Es como tener un auto nuevo y acelerar; uno llega a 140 con naturalidad, e incluso se pasa y llega a 200. Pero yo no me paso, no. ¡Qué esperanza! Como si no supiera contar palabras. Como si no tuviese un programa que lo hace por mí sin que tenga que pedírselo.


FV

martes, 12 de julio de 2011

Amarillo

Todo fue tan rápido que no dio tiempo a nada en particular; tampoco en general. Fue un saltamontes de piel y manos nada normales, para nada decentes, sobre todo culpables.

Lo miró con una cara... Y le dijo: “I have been defeated , so I put my sad face".

Ni siquiera la descripción detallada del mismo silencio que se hizo podría describir el silencio que se hizo.

Bailar. Algunos pensaban en eso y ya no podían dejar de hacerlo. El carnaval publicitario más largo del mundo había funcionado en aquella radiante ciudad sobre el río Fendop, apenas por debajo de los gigantescos montes Muraños, y la época de ideas perdidas y encontradas al azar no era una realidad, ni siquiera entre ese silencio que se hizo.

Todo me suena a color en este cromático tren bala. Tan solo.


RS

martes, 5 de julio de 2011

Gorda

Tengo la carne gorda; insensible al tacto, repulsiva a la mirada, deformada, con agujeros donde no debería haberlos, con llanura donde no debería haberla, siempre lista para recibir el trato que no recibe porque nadie la necesita, porque todos encuentran siempre carne mejor que la mía, que es así de roja y así de prescindible, y que no provoca ni asusta sino que solo pasa y se aleja y no vuelve, porque mi carne no es mi carne, al menos no la carne que yo recuerdo haber tenido cuando creía que mi carne era así de hermosa y apetecible, no como ahora, no como esta densidad apenas manipulable que llevo a todas partes y que preferiríamos que no llevara porque entonces el mundo sería un lugar más digno de ser vivido.

Yo sigo con mi carne a cuestas.


FV

domingo, 3 de julio de 2011

Yo dije

La leo en un libro: “¿Quién dijo que todo está perdido?”
Qué asco, por dios.
¿Qué clase de persona hay que ser para hacer esa pregunta?
Viene acompañada por una misiva de unos pocos párrafos que habla de compañía, cariño y de la necesidad que sienten algunos seres humanos por otros.
Más asco. Todo junto.
No entiendo cómo alguien puede preguntar eso. Eso que es tan obvio.
En realidad, no entiendo cómo alguien puede preguntarse eso.
Es como si yo te preguntara a vos: “¿Quién dijo que hoy está soleado?” Probablemente, con gentileza me dirías que lo único que tengo que hacer es sacar mi puta cabeza para afuera y comprobarlo por mí mismo.
Señor sin dignidad que hace preguntas tontas: saque la cabeza para afuera. Si no le alcanza, yo se lo digo.
Todo está perdido.


FV

Quedaré tendido; luz apagada, cabeza en almohada

If you are going to leave me tonight, let me stay on bed.
Wait a second there! I’m going to take a picture, just for me, and now you can go away and I can keep your picture.
Yes keep your picture.
And another day, and another day, again. But I can stay alone unless.
I’m stand just sometimes, time, and sitting , thinking… think... time. Time. Time. Time. Years. So many years.
Maybe I just imagine and let myself lost in the bed!
Now that I’m alone I can do my life for me. I can wake up wherever I want. Yes. And, I share my life? …at all...
I’m living my tiny time, living my life…
Tonight, you go away and never come back.
But I took your picture. Once.


RS

viernes, 1 de julio de 2011

Obediente

Es precisamente ahora, mientras me pedís que por favor me apure —y me decís que no aguantás más, que querés entrar ya y terminar con el dolor este que no sabés soportar—, cuando siento más ganas de no hacerte caso y obligarte a esperar allí afuera. Es justamente ahora que siento que me muero si no te tengo a mi merced durante dos, tres minutos más, si no te imagino con los dedos congelados de un odio deformado, con el orto abierto, con las ganas de entrar intactas y sin embargo en silencio, tan sepulcral y obediente como siempre has sido. Perdoname. Perdoname pero necesito verte sufrir, lagrimear, gritar, excusarte conmigo como si fuera un dictador o un cerdo, inventar historias para que yo, en mi vanidad, te tome, por una vez y para siempre, en cuenta.


FV

Soy un tipo querible

La primera vez que conozco a una persona trato de caerle lo peor que puedo. Hablo cuando está hablando; si me hace una pregunta miro para otro lado; si me pide algo le digo que sí y después nada. Esta es la mejor forma de poder caerle bien de verdad, sin caretas. Es la posssta. Tengo que dominar el ejercicio de caer mal para ser un brillante maestro en la artesanía de caer bien. Tengo que navegar en los destellos de la peor de las tormentas humanas para aterrizar en el pasto apenas húmedo de la confianza y tirarme a descansar en el camino sin retorno de las amistades firmes y duraderas, que en mi caso se cuentan en decenas porque logro llegar a ser un tipo absolutamente querible. Sentate y escuchá. Valgo la pena.


FV

miércoles, 29 de junio de 2011

Habitante

Si te digo que te quiero y no me creés aunque insista; si me desgarro los ropajes y cuelgo los sombreros y saco la basura y pinto las habitaciones de azul y te habito sin que te des cuenta.

Si te encuentro mientras te distraés escribiendo tratados que te ayuden a no encontrarte; si sos lo que busco y lo que se me escapa; si sos eso que me siembra en los dedos este terror genuino de saberte inmóvil y acechante.

Si por las dudas cubro mis espaldas con cáscaras de naranja; si la esperanza hace que me desgarre los ropajes y cuelgue los sombreros y saque la basura y pinte las habitaciones de azul y te habite sin que te des cuenta, es porque estás ahí y no me ves, no me olés, no me sabés habitar.


FV

martes, 28 de junio de 2011

La compro a ella

—Por mil es tuya.
—No tengo mil.
—Podés pagarla en tres, seis o doce cuotas.
—No tengo tarjeta.
—Podés pedirle a algún conocido, algún amigo…
—…No tengo amigos…
—…Algún familiar, alguien del trabajo…
—…No tengo familia; no trabajo…
—…Alguna comunidad o asociación en la que estés inscripto…
—…No estoy inscripto en ninguna comunidad ni asociación ni nada.
—También ofrecemos nuestros productos por canje, pero para eso precisamos una garantía…
—…No tengo nada para poner como garantía.
—Podríamos hablar con el gerente para que la pagues con trabajo…
—…No tengo tiempo.
—¿Alguna propiedad? ¿Empresa, casa, auto? ¿Una herencia?
—¿Sos pelotudo?
—…
—¿Sos pelotudo?
—…
—¿No entendés que no tengo nada para darte, hermano?
—Está bien; está bien. Tranquilo. Olvidate de los mil. Te lo rebajamos a uno, cerramos el trato y te la llevás.
—No llego.


FV

viernes, 24 de junio de 2011

Lento

Lento voy caminando, solo yo estoy pensando, sobre esa vez, aquella vez
Las cosas se fueron dando, yo seguía esperando, y yo sin poder, yo sin saber
Vos estabas sufriendo, muy lento por mí muriendo, no puede ser, jamás lo deseé
Nunca nada dijiste, ni una señal me diste, nada que hacer, qué triste que es
Yo siempre quise eso, eso que vos me diste, tal vez no te di, nunca fue al revés
Capaz debo ir olvidando lo que por ti dentro traigo, lo tengo que hacer, todo de una /vez
No sé qué está pasando, el tiempo sigue avanzando, y yo sin poder, yo sin querer
El fin voy imaginando, no quiero pero lo hago, vos no sabés, no lo ves
Lento voy caminando, solo en vos voy pensando, solo otro pie, ya no me ves.


RS

jueves, 23 de junio de 2011

Galletitas de chocolate

Si fuera por mí no vendría nunca más, pero la gente está loca. Me siento tan ajeno a este lugar, rodeado de pobres enfermos que no tienen nada en qué pensar, mientras a mí se me hace tarde para la hora de la merienda. Faltan ocho minutos para las galletitas de chocolate y las agujas del reloj parece que no se movieran.

La mujer de enfrente seguía callada y parecía más atemorizada que antes. Ella también me molestaba, era una loca cualquiera, igual que todos los que estaban ahí. Pero yo no. El doctor era el único que me creía. Él era bueno. Por eso cuando me obligan a venir, vengo. Es un gran doctor, me escucha siempre con atención. Antes me molestaba que me obligara a tomar pastillas. Ahora no. Solo como galletitas de chocolate.


ML

Perla

Un día normal. Nada más que realidad. Es solo una noche, una noche espacial.

Realidad que, si no duele, intenta doler.

Es como vivir una enfermedad. Tan silenciosa es, que enmudece. La vida o la parca muerte en la carne, en la carne propia. Lo verías mejor así, llorando, cuando cada lágrima es igual a cada una de tus gotas de sangre. Ambas recorren algún camino azaroso, tibio y sin retorno. Siempre, siempre una razón las hizo aparecer.

Eternamente me costó levantarme del suelo si estoy lleno, boca abajo y por alguna circunstancia de vida. Pero perennemente me reto para seguir adelante. Miro  a los árboles; ellos que son tan pesados, ellos que, incluso por el propio hecho e incluso por tierra enterrados, se levantan.

Se termina al fin este frío sudor que recorría mi piel, mi ser.


RS

lunes, 20 de junio de 2011

Salado

Qué salado. Qué bueno. Obvio. Qué bueno. Me imagino. Es lo más cerca de Tarantino que vas a estar, seguro. Obvio. Por ahora (risas). Obvio. Salado. Pero es como estar a un paso de Tarantino. Fa, salado. Qué bueno. Obvio. Ta… Obvio. (Risas.) Ta. Sí, sí. No, no. No… Qué salado, bo. Seguramente te dejen entrar en la cuestión esa. (Risitas ahogadas.) Ta, pero… Sí, eso es horrible. Ta, bueno, pero es como para entrar en calor, bo. Le vas a sacar una foto a él y que me la firme, ¿ta? ¿Ta? Salado. Salado. Y después hago un póster. ¡Ay, qué bueno, Juli! ¿Te han dicho algo más? Ah, viste… Sí, sí, sí. Ta, bárbaro. Sí, ta, por lo menos veinte. Bueno, me alegro, che. Sí, yo estoy en facultad. Dale, dale. Nos hablamos, ¿ta? (Silencio.)


FV

Qué lindo silencio

Dicen que en el árbol vivía una chica media mona. Trepaba y sola subía. Nadie la quería ver.

Dicen que tenía pulgas y que comía bananas. Desde chiquitita no quería bajar.

La gente le ponía lechugas y demás alimentos simiescos, pero la chica mona no comía nada de lo que le dejaban.

La chica del árbol no quería bajar y la gente pensaba que eso realmente era verdad.

Ella se inclinaba mientras pensaba.

La chica mona solía gritar incoherencias que la gente no lograba entender. Pero la escuchaban.

—¡Es bueno saber que no estás!—, era un grito de los más que por ahí se escuchaban.

Nadie jamás nunca se animó a intentar descifrar los enigmas de aquellos mensajes.

Seguramente porque sus mensajes eran demasiado claros.

“¡Es bueno saber que no estás!”

Un grito de más.


RS

domingo, 19 de junio de 2011

Cuentito de gato

Me hubiera encantado conocerte en uno de esos lugares en que el tiempo pasa lento.

Hubiera tenido alguna oportunidad de decirte esas cosas.

Soy una persona tímida, de esas que no hablan con tan solo querer. Esa es la razón
por la que me hubiera gustado conocerte.

Seguro que no sabes todo lo que yo sé de vos. Que reís perfecta, que mirás perfecta, solo tenemos que hacer un par de cosas bien, solo un par, para que en un momento, para que una sola vez sea la correcta y puedas saber cómo me gustaría que me conocieras a mí también.

Sé que por mordido nunca supe como maullar. MAULLARíA aunque sea una vez, para que en un momento, para que en una sola vez, puedas saber cómo me gustaría que me conocieras a mí también.


RS

viernes, 17 de junio de 2011

Hablar en serio

No sé por qué se me ocurrió pensar que alguna vez lo podrías haber dicho en serio. Que alguna mísera vez te podrías haber equivocado con tu conciencia cenicienta, y, por error, por una equivocación terca, te podrías haber creído la mentira que tantas veces te habías forzado a destruir, a salvaguardar con odio en tu cuerpo, allá adentro. Lo pensé porque te vi dudar cuando me pediste que ya no te rompiera más las pelotas, porque creí darme cuenta de que en tus ojos te arrepentías de haberme dejado en esta soledad frizada en este tiempo terroso, sucio, en este retorcimiento glandular de emociones falseadas por tus insólitas ganas de confundirlo todo. Pero entonces –sí, recién entonces– todo estaba más claro que el aire y supe que no, y que no, y que no no.


FV

jueves, 16 de junio de 2011

Hasta que mamá nos dijo

Callados, esperamos nerviosos el veredicto del jurado. Nos contemplamos los rostros para poder detectar algún signo de debilidad. Inestables pero optimistas. La expectativa nos está atacando de a poquito.

Debatimos en silencio por largos minutos. Conocemos el resultado pero no nos atrevemos a comentarlo. La humillación es un precio que ninguno quiere pagar.

El sonido de las escaleras nos devuelve a la realidad. Al instante levantamos la mirada y la fijamos en la nueva protagonista que acaba de entrar en escena.

La intrusa es una mujer madura, madre de dos niños nerviosos. Nos habla de talles, botones y un montón de otras cosas que ahora no recuerdo. Nos advierte, como si acabase de tomar una decisión con su marido, que desde este momento el traje del abuelo pertenece a mi hermano. Perdí la batalla.


ML

martes, 14 de junio de 2011

Narco

Nos encontramos en la plaza a las cuatro. No tiene cara de querer hacer amigos esta tarde. Muy bien. Vayamos al punto. Miro para los costados; sólo hay frío y cemento sin gente, así que saco el fajo y empiezo a contar. Me mira mientras cuento. Yo no lo veo, eso es obvio, pero sé que me mira con un ojo, al mismo tiempo que controla los alrededores con el otro. Me apuro al máximo. En pocos segundos los paso de una mano a otra para asegurarme de que traje todo. Termino. Con la cabeza todavía gacha estiro la mano y aflojo los dedos. Siento un tirón. Sigo mirando el piso. Unos pasos se alejan. Respiro profundo. Levanto la vista y, mientras empiezo a temblar, lo veo subirse al auto. Mierda. La bomba ya tendría que haber explotado.


FV

lunes, 13 de junio de 2011

Galletas Premium Salvado

Señora: soy un hombre desocupado. Reciclador. Desafortunadamente, por mi edad, no me toman en ningún lugar laborable. Si usted tiene alguna cosa para darme o algún trabajo, le estaré muy agradecido. Desde ya, muchas gracias. Aníbal

Aníbal escribió en un pedazo de cartón rectangular, excepcionalmente rectangular, que en el dorso dice: "Galletas Premium Salvado. ¡Un nuevo sabor en tu mesa! La Trigueña".

Aníbal tiene buena caligrafía y casi perfecta ortografía.

Aníbal vive en un barrio al que las Galletas Premium Salvado no llegan si no es todas dobladas, dentro de bolsas de nylon, mezcladas con restos de mierda, sangre vaginal, vestigios sueltos de fluidos testiculares y cáscaras de naranja podridas.

Aníbal podría pensar que La Trigueña le está tomando el pelo. Podría, entonces, enojarse mucho y lastimar. En cambio, deja un cartoncito escrito y pide trabajo.


FV

domingo, 12 de junio de 2011

Felicidad

Lo rodean finos muebles, ropa de seda, whisky del mejor. Desde el fastuoso living ve la enorme piscina, sus autos caros y piensa. Piensa en su adolescencia.

Cuando sentía que era distinto, en su limitado entorno material comprobaba su mente sobresaliente, su inteligencia frente a los demás. Soñó entonces un futuro pletórico y feliz con todos sus más increíbles sueños cumplidos. Era rico, sí, muy rico en afectos. Familia y amigos. Pero no lo entendía entonces. Nadie le avisó y tarde, demasiado tarde comprobó cuál riqueza era la verdadera y cuán irrecuperable es, porque el dinero no sirve para recuperar lo valioso. Ahora lo sabe. Parsimoniosamente apaga su último cigarrillo, toma su último sorbo de alcohol, abre el primer cajón de su escritorio de roble antiguo  y se juega a lo único que –quizás– podría devolverle su felicidad.


MC

sábado, 11 de junio de 2011

Por la misma puerta

Oí los gritos y el disparo final. No pude contener las lágrimas, pero al sentir su presencia en la entrada de la habitación, tuve que callar los sollozos. Tapé mi boca con las dos manos y miré perplejo la puerta que se abría. Mi padre ya no estaba gritando; estaba tranquilo. Quedó unos segundos parado y de repente se acercó. Le miraba las botas que, paso a paso, volvían a hacer el mismo camino que había hecho mamá minutos atrás. Mi silencio era ya casi inaguantable; estaba conteniendo la respiración cuando se sentó en la cama. Cargó el arma y volví a sentir cómo las heridas se iban cerrando. Mamá tenía razón: el ruido se termina alguna vez. Desde abajo pude ver cómo sus piernas perdieron el control. Como si hubiese querido dormir una siesta.


ML

viernes, 10 de junio de 2011

Asiento libre (II)

¿Viste cuando vas en el bus y afuera está lloviendo y es de noche y estás volviendo a tu casa y querés llegar y venís sentado en uno de esos asientos dobles pero sobre el lado del pasillo y te estás muriendo de ganas de que alguno de los otros asientos dobles del bus quede vacío para que vos te puedas sentar del lado de la ventana y así evitar a los tipos que tienen muchas camperas y te tocan cuando pasan o a las señoras gordas-bajitas-y de lentes oscuros que te revolean por la cara las bolsas que les dieron en Ta-Ta y que te dan ganas de levantarte y bajarlos de un cabezazo pero no podés porque el tipo con las camperas es muy grande y la señora que revolea bolsas es demasiado baja?


FV

No gris

Su entorno es triste, apagado, sombrío; está hundido en una gama de grises y marrones decolorados. Paredes, muebles, su ropa, ella misma. Como su vida de adolescente pobre, enfrentada a todas las carencias, su autoestima está horadada por feroz discriminación ancestral, que, aunque provenga de su ignorancia y no de su maldad, cumple su fatal misión.  Por horas piensa en soluciones tan fantásticas como trágicas. Por horas piensa en sus sueños –que ella cree– no posibles. Cuando pasa el momento oscuro, la rebeldía de su juventud la desafía y recurre a lo único de la casa que la deslumbra y que resalta con su color ambarino, naranja, vivo, de belleza inigualable, donde ella se fascina maravillada de que exista algo tan magnífico a su alcance, luz maravillosa que ilumina su entorno gris: una tibia taza con .


MC

jueves, 9 de junio de 2011

Produciendo verdes

Ayer descubrí que cuando me pongo nervioso mi producción de mocos se multiplica. Empiezo a sentir cómo las fosas nasales se cargan y las narinas se hinchan como globitos estirados y viejos. Si me miro al espejo, a menudo soy lo suficientemente astuto como para darme cuenta de que incluso la punta de la nariz se vuelve más sanguinolienta, como más morada. Ahí es que me pongo nervioso de verdad, porque mi nariz se convirtió en una marea suave de mocos verdes demasiado despojados de vida y demasiado apegados a mis narinas, que a esta altura no saben qué hacer con tanta merca, y yo no sé cómo decirle a los muchachos que tienen que parar de producir, que la oferta es demasiado grande para una nariz tan pequeña, refinada, bien educada y sensible como la mía.


FV

Unexpected

It sounds very difficult imagine myself as a rhino in an unexpected situation. It´s even harder if I also speak in Spanish or any other language being the rhino.

Maybe if any other person want this work a little, just a little more than me, I not even think about it and give the whole thing in that precisely moment. I am not saying something bad, don´t you dare to put any problematic or discriminating face to me. The thing is that anybody else must carry this heavy charge upon his mind. It´s hard to be me.

Well, a long time has passed. Nobody appear. Anybody want to live with this job.

So now, I just speak loud when I am seeing my horn. I work as a rhino in this unexpected speaking situation. HORN. I mean, POINT.


RS

miércoles, 8 de junio de 2011

11.11

Los primeros tiempos ellos aparecían ocasionalmente. La sorprendían y hasta la divertían. Poco a poco la curiosidad la llevó a buscarlos y ellos respondían cada vez mejor. Ahora la acechan con su luz roja en la oscuridad; ella los busca y junto con ellos aparece el miedo. Despierta súbitamente y los encuentra con mezcla de sorpresa y temor. Allí están: 0.00, 1.11, 2.02, 2.22, 3.33. Cuando despierta en 5.55 se siente aliviada, ya casi se tiene que levantar. Los cinco minutos fatales la hacen despertar en el 6.06. La habitación empieza a iluminarse, el día combate el protagonismo de los numeritos rojos. Entonces se siente aliviada, liberada, y con supremo esfuerzo decide olvidar a sus enemigos durante el día. Vuelve su atención al nuevo celular cuando recibe un mensaje y le muestra –en rojo– que son las 7.07.


MC

Obamasama



FV

martes, 7 de junio de 2011

Y el maximus plan (famous Scar)

Clavaría mis mordidas uñas en ti para jamás dejarte partir. Luego en tu carne crecerían y, por fin, seríamos uno los dos. Era evidente que este día llegaría. Años de estudio y preocupación para al fin tener la maximus idea. Qué glorioso día.

Pensar que tardé unos nueve o diez años en ver lo que estuvo delante de mis ojos y guardado ahí nomás. Ese estante ya tenía polvo.

No quiero que sea como esos casos de siempre. Tampoco que sea algo de nunca; tan solo que sea como hacen esos pocos pero intentar darme cuenta si fuera muy tarde. Demasiado para poder hacerlo o siquiera animarme a poder decirlo.

Este sueño vino bien. Buenas ideas. Recuerdos imborrables. ¿A quién no?

Gracias Scar por haber matado a Mufasa. Haré lo mismo sin matar.


RS

Kangrejho

Tal vez un mundo en el cual estar, tal vez un sol para mi iluminar, un “sí, puedo” descartado por no preguntar. Y vas, caminando de costado.

Hay tantas sombrillas abiertas al cielo, aunque está nublado. Y girasoles abiertos hay. ¿Será que son esclavos?

Ya salís otra vez y te movés solamente para cranear lo más que puedas tu realidad. ¿Entonces? ¿Qué ves?¿Qué hay?

Otra caminata, cada vez mas sinsensata.

Sí, me da igual si ya no creés en los demás. Yo pienso igual. Si nos falta dejar la baba y nada más.

Puros gusanos. Y no quedan manzanas.

¿Será por eso que a otros tu baba hacés resbalar? Y no te culpo, pues vives en sociedad.

¿Y qué hay para mejorar?

Es que te crees animal y lo eres, pensando. ¿No ves? No creés en los demás


RS

lunes, 6 de junio de 2011

Agua (II)

El francés está en la playa, sentado en la arena, de espaldas a la isla, mirando una roca, haciendo como que el océano le pasa por los costados y no lo ve.

Él no ve que ella está ahí, dando vueltas alrededor, preguntándole cosas que él no sabe cómo contestar porque cree que no las escucha.

El francés, como un huracán írrito, como una paloma brutal, cierra los ojos hasta que empieza a sentir, de a poco y con sorpresa creciente, que alguien lo está observando.

Los dibujos en la arena se deshacen de pronto y se mezclan sin permiso en una ola desecha, llegada en su último suspiro.

El francés se levanta, deja la rama que llevaba, se frota los ojos y se va despacio, terco, convencido de que ella no puede estar llamándolo desde los juncos.


FV

sábado, 4 de junio de 2011

Resoluttt

Ni las mismas estrellas, ni es el mismo sabor. No puedo dejar de pensar en esta cosa que me hace estar así.

No parece haber solución, no parece siquiera a alguna otra cosa. Es más que todas. La cosa del alma... y ahora lo creo.

Si existe el todo, el todo es mente y mi mente hace mi todo. Si lo buscara no existiría. Pero el todo debe ser bueno y malo a la misma vez.

¿Por qué buscar el todo sabiendo que los extremos son malos? Creo llegué a mi conclusión: no buscar el todo; para nada lo malo; y en racimos lo bueno.

No hay mala palabra salvo que esta sea mal tomada. No hay cosa escondida que al tiempo no sea sabida. ¡No mires por la ventana! pues en tu cara se va a romper.


RS

viernes, 3 de junio de 2011

Meses de verde espera irreal

Levantando paredes, asesinatos, drogas voladoras, sólidas. La demencia de lo racional domina;
conocer la ley humana, natural.

El mal o el bien, da igual. No se sabe diferenciar. Violencia planificada y muerte una, una y otra vez resucitada. ¿Dónde queda el otro?

No me vengan con la moral, la anestesia cultural no lidiará jamás con lo natural.

Miedo, incomprensión, peligro, ayuda, fe, dueño, migajas, muertes y dominio, diferencias e igualdades en la misma mesa. No me vengan con esa sal mojada y vieja.

Tener que verla partir me partió el corazón. Me dijo que volvería y todavía no volvió.

Me parte el corazón, una y otra vez, tener que haber aceptado su partida, obligación imperante del bien moral. Suspiro, mis últimos pedazos de corazón.

Adiós desde lejos, quiero estar cerca. Sigue ahí por mí.


RS

jueves, 2 de junio de 2011

Ah

El sonido llegaba a cada rincón de la casa. Otro ladrido y yo seguía ojiabierto, mirando por el único pedacito de luz que contrarrestaba la envolvente oscuridad. Estaba helado de miedo. ¿Qué más podía hacer? Las cortinas de la ventana se habían movido ya dos veces y no sabía si la tercera sería la última o siquiera si habría una tercera vez. La situación se ponía peor. Otro semiladrido curtió mis pupilas mientras un balazo seco semiapagó el ladrido. ¿Qué más descubriría a través de esa diminuta abertura? ¡Qué indefenso! ¡Mierda! ¿Qué hago?

Ya llevo media o una hora. No escucho ni veo nada pero hay olor a pólvora. Un par de horas más y todo irá bien. Es olor a pólvora y está muy cerca de mi puerta. Espero que sea pólvora vieja y no sea nadie.


RS

miércoles, 1 de junio de 2011

Lecho sin leche

Ella se sienta a esperar la muerte. En un lecho sin leche ella se sienta a esperar la muerte. Sin pensar que se puede volver atrás, en un lecho sin leche ella se sienta a esperar la muerte. Sin saber que todo es mentira, sin pensar que se puede volver atrás, en un lecho sin leche ella se sienta a esperar la muerte. Ella está convencida de que se equivocó, de que su hijo no se tendría que haber caído en el pozo, de que no tendría que haberle robado a su madre, de que no puede estar todo el tiempo pensando en sexo animal, así que, con toda la determinación, sin saber que todo es mentira, sin pensar que se puede volver atrás, en un lecho sin leche ella se sienta a esperar la muerte.


FV

martes, 31 de mayo de 2011

Arrastrando los suelos

En una colina corren ocho enanitos. Tienen una espada, una cuchara, un tenedor, una tolla, un fósforo, un celular, un espejo y un plato bastante grande. Además, tienen una forma extraña. No parecen enanos. No parecen.

Son ocho enanitos que no parecen estar subiendo una colina. Cuando llegan a la cima, ven un gigantesco y enorme mar azul. ¡Impresionante!

Bajan la colina apuntando con el alma y los pies al agua. No ven más que lo que tienen para ver. No quieren ver más lejos solo porque no dejan de apuntar con la mirada al mismo lugar.

Llegan a la orilla, se mojan los pies y sienten el agua fría.

No se meten del todo que ya tienen la mirada en la ola que viene. Los ocho enanitos corren hacia la colina. Más y más mojados.


RS

lunes, 30 de mayo de 2011

Noticias de emergencia

Me acuerdo de que cuando se cumplieron los primeros cinco años de la llamada que había llegado mientras comíamos tallarines con tuco recalentado, a papá se le ocurrió poner un anuncio en el diario. Escribió los datos más relevantes que se le ocurrieron sobre la muerte de mamá y desafió al que quisiera a que descubriera quién la había matado. Las respuestas no tardaron en llegar. Nuestro teléfono empezó a sonar como nunca y él anotaba en un cuadernito cada solución que le proponían. Recién cuando llegaba la noche y nos sentábamos a hablar lo volvía a abrir y leía todas las soluciones para que las discutiéramos juntos y tratáramos de llegar a alguna conclusión posible. Es por esos días que nos debe haber llegado la noticia de que mamá se había muerto por segunda vez.


FV

domingo, 29 de mayo de 2011

Lo lamento

Hola. Vine a buscar mis cosas. ¿Tenés algo mío?
—¿Eh? ¿Cómo que a buscar tus cosas? No entiendo.

—Que vine a buscar mis cosas. No me interesa verte nunca más, ni a ningún otro. Quiero estar solo el resto de mi vida.
—Pero ¿qué carajo pasa? ¿Qué te hicimos?

—No es cuestión de decir el qué y no cambia mi vida explicar por qué tomo cada decisión. Es definitivo.
—Es obvio que algo pasó. No seas boludo. ¿Te vas a ir así como si nada y diciéndome eso? ¿Qué se supone que les digo? ¿Qué se supone que tengo que hacer? ¿Decirte chau con naturalidad?

—La verdad es que no vine pensando qué iba a pasarle a ustedes ni me interesa ahora. Espero no vuelva a pasarles esto con nadie. Si no tenés nada mío, me voy.


RS

sábado, 28 de mayo de 2011

p.d.:

Es difícil de explicar lo que a vos, hoja, te voy a confesar. Es difícil de escribir porque es algo que cuesta vivir.

Yo sé que la vida pasa y las cosas no vuelven atrás, pero el tiempo no entiende ya que mi vida está por cambiar.

Que las cosas que yo viví ahora parecen no existir.

Sin embargo estoy seguro de que nada tanto puede cambiar y de que por más fuerte que lo intenten nadie a mí me va a manejar.

Yo sé que esto no es nada comparado a lo demás, esas cosas que la vida siempre nos hace notar.

Estoy pensando que las cosas parecen doblar hacia una calle oscura que no dejan notar.

Aunque las cosas parezcan distintas, la esencia es lo que hay.

Es fácil poder llenar un sentimiento sin intentar pensar.


RS

viernes, 27 de mayo de 2011

Hueco

Entró entonces al cuarto y enseguida supo que no le habían mentido. El hueco estaba ahí, a la entrada, tan abierto, y él que no había creído que algo semejante pudiera ser cierto. Él que, en realidad, nada había pensado que pudiera ser cierto en su planeta de constelaciones medio quebradizas, tenía ahora este regalo venido justo en el centro de su noche de puños. Entornó la puerta y se sentó en el primer centímetro de piso que vio. El hueco seguía ahí y siguió ahí y siguió más todavía, hasta que él no supo cómo hacer para no cerrar los ojos, para estirar un rato más esa promesa que no se veía allá dentro del hueco pero que estaba, carajo que estaba.

Así quedó en su noche de mentira: de cara al hueco, dormido, un poco idiota.


FV

miércoles, 25 de mayo de 2011

Pero la vieja

Mujer anciana, bastón en mano, vestido de harapos, lento tu andar.

Cubre tu cabeza un manto bien blanco, porque así el tiempo la quiso dejar.

Quisiera acercarme y preguntarte: ¿por qué a tu lado nadie llevas?

Mujer anciana, bastón en mano, vestido de harapos, lento tu andar.

Sólo observo tu rostro surcado, por huellas que el tiempo quiso pintar.

Con pasos muy lentos te alejas y vas. Pierdo tu andar al verte doblar.

Nada más que humo, en señal de lo que piensas. Y. por lo que leo, piensas: ¿qué estarán pensando los que arriba están? ¿qué estarán diciendo de nuestra forma de actuar?

Supongo ellos nos miran desde un ángulo especial, y pueden calificar lo que está bien y mal.

Cuidado hay que tener, cuidado al pensar, están descifrando lo atrevida que estás. EL FIN.


RS

martes, 24 de mayo de 2011

Sh

Te veo callado. Un respiro profundo y un suspiro das. No se qué te pasa, no lo dices, solo puedo imaginar.

Seguro lo que pienso jamás va a llegar a acercarse, un poco, a la tristeza que con vos llevás. Yo no digo que estés mal cuando callado estás. Es que tristes tus ojos me dicen que acá no estás.

Te vas en tus recuerdos, te vas a un mundo donde solo vas, caminando por un puente que por olas mojado está. Yo te estoy hablando, pero no sé si me escuchás.

Es que poco entiendo, no puedo adivinar; pienso no es tu culpa, es la mía si en mí no confiás.

Perdón te pido. No está bien que llore, pero te quiero y te quiero ayudar. Déjame sufrir contigo, no te niegues. No sabes por dónde empezar.


RS

domingo, 22 de mayo de 2011

Quieta

Hoy se murió Regina. 17 años. La materia, simplemente, ya no se mueve. Todo está quieto en el fin del mundo, puedo comprobar. Yo estoy quieto, ella está quieta, él está quietísimo. Una de las primeras veces que le hablé no me habló. Las siguientes contestó con un ruido y desde ahí lo tomé como algo normal. Siempre estaba buscando la mejor forma para caer mal. Conmigo, claro, jamás. Sabía, y ella sabía que sabía. Le gustaba ese juego de no preciso a nadie. Ellos sabían eso así que me dejaron y acá estoy, viéndolos cómo lloran por mí, que parece que estoy muerta. Idiotas, imbéciles, no entienden. Nunca van a entender. Siempre diciéndome cosas y preguntándome por qué. Le gustaba, también, esconderse en cualquier lado. Encontraba los lugares más increíbles en la casa. Y se quedaba quieta.


FV

viernes, 20 de mayo de 2011

Patalear en la tierra

Sonaron varios timbres al unísono, estaba alterada, alguien le abrió rápido y así pudo llegar a su madre a tiempo, sus gritos demasiado tentadores para que los vecinos no escucharan su desesperación:  ¿Por qué lo hiciste? ¡Mala! ¿Por qué ME lo haces? ME querés volver loca. ¿Por qué querés matarte? ¿Qué hago yo, qué hago si te morís? ¡NOOOO! Yo no quiero que te mueras, ¿estás loca? Te peleo, te odio ¡pero no te mueras!

Quién nos manda a escuchar a los vecinos.  Es morbo, curiosidad o necesitamos ser testigos de momentos decisivos donde podríamos encontrar alguna respuesta a las preguntas eternas, ansiando aprender, entender, por lo menos algo. Porque a quién no le pasó desear irse (una, muchas veces). Si pudo trascenderlo, sabe que quedarse siempre es valioso.  Aún sin querer, aún sin entender.


MC

jueves, 19 de mayo de 2011

¿Estoy?

Acabo de darme cuenta que puedo vivir en esta parte de la casa perfectamente, salvo que necesite algo de la cocina.  Hace tres horas que estoy acá hablando por teléfono, navegando, escribiendo.  Mi hija ni se entera; está estudiando con sus amigas. De repente pasa para el baño. Le hablo pero no me mira ni me contesta. En lugar de volver entra a mi cuarto, llama a su novio y le dice: “Me da cosa instalarnos en este dormitorio, pero voy a pensar como científica y dejarme de pavadas. Es el mejor cuarto de la casa, luminoso y amplio”.  Yo, intervengo con cierto enojo: “¿Què decís?  Es mi cuarto…”, y cuando voy a decir “son mis cosas” me doy cuenta de que está desordenado, con pilas de cajas cerradas y compruebo que ni me ven ni me escuchan.


MC

Té sin té

Gabriel Martínez Diáscolo toma el té todas las tardes. Lo que se sirve es un agua reforzada a medio camino entre hierbas recién arrancadas y polvos herrumbrosos sacados de frascos que hacía mucho tiempo no se usaban. A ella le gusta así.

Es que todas las tardes, un poco apurado, se viste con sus mejores ropas y sus mejores perfumes y sus mejores zapatos, que nunca son buenos, y pasa a buscar a su esposa por el trabajo. Siempre a las cinco en punto.

Los dos llegan al bar en silencio, se sacan los abrigos, arriman las sillas a las mesas de madera y hacen la seña al mozo. Sin hablar, reciben los saquitos de té. Sin hablar, toman.

Un día, Martínez Diáscolo no va a tomar té. Ese día no la mirará a los ojos.


FV

miércoles, 18 de mayo de 2011

Nunca le había parecido bien que Johnny escribiese una novela. Él era demasiado tonto para hacerlo, pensaba, y si por algún motivo llegaba a lograr publicarla y colocarla en las grandes vitrinas, lo único que estaría haciendo sería un mal. Un mal profundo pero sutil. O sea: de los peores. No podía permitírselo. Tenía que actuar. Debía encontrar la forma de que toda esa estupidez injusta terminara de una vez y para siempre. Sabía que tenía las condiciones para vencerlo, para tirarlo, para pasarle por arriba. Y todavía le quedaría resto para burlarse y desquiciarse. Era primavera. Estaba con ánimos para hacerlo, de eso no había ninguna duda. Lo único que necesitaba era empezar sin demoras. Cortando grueso. Directo al centro de su convicción; esa de que no estaba bien que Johnny escribiese una novela.

La novela de Johnny.


FV

Emilia llama

Qué pasó, que pasó, grita desesperada en el teléfono y solo escucha llantos, gritos inentendibles de Emilia, su empleada doméstica, y apenas puede entender “se murió, se murió”.

Corre por pasillos, escaleras, estacionamientos; maneja descontrolada pero llega y desde la esquina ve la ambulancia en la puerta del edificio de 28 apartamentos. Estaciona de cualquier manera y al bajarse provoca el comentario atónito de un vecino: “No miró, se bajó del auto como loca y el ómnibus que pasaba cerca del auto la mató”. 

Emilia, mirando desde la ventana del cuarto piso, todavía con el sabor salado de sus propias lágrimas, le dice a la bebé en sus brazos: “¡Qué horror! Se acaba de morir mi abuela y ahora tu mami tiene un accidente en la esquina”.  No se da cuenta de su protagonismo en el hecho.


MC.

lunes, 16 de mayo de 2011

Asiento libre

Todo pasa en un segundo. El asiento queda libre y el soliloquio empieza. “¿Me sentaré?”, es la primera pregunta. “No, ya te bajás”, respondo al toque. Pero no estoy teniendo en cuenta que vengo de trabajar, tengo sueño, estoy con hambre, estoy aburrido y, en realidad, todavía no me bajo; quedan seis o siete paradas. Así que miro al asiento con cariño paternal y al resto de los pasajeros con un poco de recelo.

—Ya me bajo.
—Sí, ya te bajás, no jodas.

—Pero ya ya me bajo.
—Pero ya ya me dijiste, pajero.

—En realidad, todavía no me bajo…
—Sí, ya te bajás, dejame de inflar las pelotas y callate.

Todo pasa en un segundo, sí, porque una vieja teatrera y con bufanda pone cara de cansada, se sienta y el asiento ya no está libre.


FV

sábado, 14 de mayo de 2011

Elefantes, boludos y ciegos

(Ponele música.)


Un elefante
Se balanceaba
Sobre la tela
De una araña

Como veía
Que no resistía
Fue a joder
A otro elefante.

Dos elefantes
Trataban de balancearse
Sobre la tela
De una araña

Como veían
Que era imposible
Fueron a llamar
A todos los que encontraron.

Todos los elefantes
Todos los del mundo
Ni siquiera intentaban
Balancearse

Como era imposible
Y no tenían tiempo
Fueron a joder
A otros boludos.

Muchos boludos
Se balanceaban
Sobre la tela
De la nada

Como no veían
Nada de nada
Pensaron que
Estaban todos ciegos.

Todos ya ciegos
Ya desesperados
Fueron a llamar
A los que quedaban

Como escuchaban
Algunas voces
Gritaron y pidieron
Por favor.

Nadie se escucha
Nadie a nadie
Y la tela
Ya no se rompe

Todos contentos
Los elefantes
Los boludos
Y los ciegos.


FV

viernes, 13 de mayo de 2011

Consuelo

, está bien, te tenés que ir a pegar una ducha, pero quién te consuela, habrá algo que alguna vez te vaya a poder calmar esa angustia de estar así de sucio, así tan lleno de porquería, con tu cuerpo que no te lo perdona y lo sabés y sabés lo que va a pasar así que no te hagas, porque sabés todo, estás consciente y hacés como que no y todos sabemos que sí y que vos y que ella y que él y que a veces no querés y que a veces no podés y que siempre es igual y que nunca entendés aunque sepas porque son cosas distintas decís sin ganas y después pedís y no te dan y te enojás y te vas y no volvés y no te importa y no importa nunca.


FV

jueves, 12 de mayo de 2011

Semicírculo


Y en un instante la serpentina los une.

Ninguno se entera. Unos gritan sin demasiada emoción: “¡El terremoto se los va a comer de nuevo, chilenos hijos de puta!”, y los otros hacen como que no escuchan y con sus camisetas blancas y azules siguen dándole al bombo y a la paciencia.

La atención está puesta en los muchachos que corren allá abajo, sobre lo verde de un estadio hecho metrópolis. Pero esa serpentina está volando, yo la veo, carajo. Es sólo una serpentina blanca que se desenrosca de repente y cruza el aire en un semicírculo demasiado modesto. Entre el océano de serpentinas lanzadas esta es única; por un segundo, englobadas en el arco que forma en el aire, las dos hinchadas aparecen juntas. Enseguida la serpentina se desmorona alrededor del banco de suplentes de Universidad Católica.


FV

miércoles, 11 de mayo de 2011

Es: sea


Cuando el espejo habla en las sombras, ningún pensamiento sobra. Analiza siluetas. El alma.

Querer evitar comprender no es la solución más fiel.

Algo dirá más que otro nada, el que estaba cubierto de palabras rápidas, escupidas por accidente.

Dudar, crecer, confiar, caer, todos los pasos marcados por un gigante invisible. No es el tiempo; ese es otro instrumento del viento.

Nacer, preguntar, creer, sufrir, todos los gajos del naranjo y no de su flor.

Tal vez sea el subir, tal vez sea el bajar, tantas escaleras para verte desde mi ventanal. Noche y día se complementan. Uno planea y otro realiza, aunque el plan provoque siempre lo mismo: esperar. Es que algún día te animarás y será el viento, uno al azar, que la brisa fértil te dará y tú serás flor frente a mi ventanal.


martes, 10 de mayo de 2011

Agua

Es una provocación, claro. Estoy viendo agua salir de la canilla. Y digo viendo porque estoy escondido; uso la puerta del baño como un escudo para ver salir agua de la canilla. Mucha agua, aclaremos, y yo husmeo como con hambre, como con hormonas fuera de lugar, como si estuviera muy caliente viendo agua salir de la canilla, de un grifo cualquiera de este planeta, de esta casa con paredes firmes y deseables desde todo punto de vista. No sólo la veo sino que la escucho con una nitidez que me hace pensar cosas. ¿Será que ella quiere ser escuchada? Por un segundo me digo que sí, y que estoy bien al hacer lo que hago. Que no me estoy escondiendo, que es apenas el juego anterior al momento en que la puerta deje de ser un escudo.


FV

lunes, 9 de mayo de 2011

Patalear en el aire

¿Quién nos habrá mandado a nosotros a escuchar a través del conducto del baño lo que estaba pasando en el piso de arriba, a esta piba pidiéndole a su madre que por favor no se muera, que aguante un poco más, que vomite esas pastillas, que las saque para afuera, que borre lo que hizo, que ojalá hubiera sido una buena madre, que por qué me hacés esto, que no ves que no tengo a nadie, que no ves que estoy sola, que cómo hago para seguir el día a día, que te odié siempre pero me muero si no te puedo pelear, si no te puedo pegar, si no puedo patalear, si no me puedo quejar a los gritos, que me muero si no puedo lastimarte, que me muero si te me morís, puta?


FV

domingo, 8 de mayo de 2011

Colonia

Una oscuridad pasea entre las grietas que hay en los adoquines de esta calle despoblada. No pensarías que la calle está toda rota, pero está. En realidad, no tenés indicios para darte cuenta, porque el nivel es parejo, está inclinada en bajada y la gente que la recorre parece fascinada por algo que cuesta encontrar. Pero algo hay, porque tal vez vos no precises una ciudad con aires de paraíso para desearla con todo, para querer verla todos los días de tu vida (aunque sea un ratito), para hablar con ella, para susurrarle cosas en los rincones o para que siempre te las susurre ella a vos. No precisás todo eso para que unas calles llenas de adoquines te hagan creer que tu casa podría estar acá, y que con suerte acá vos podrías ser, para empezar, feliz.


FV

sábado, 7 de mayo de 2011

Outlet

Siempre siento cosas. Siempre me puedo equivocar. Siempre me puede faltar la palabra que busco. Siempre puedo ser tímido y reservado. Siempre se puede pensar y no mostrar.

Nunca podemos dudar de las cosas que son de verdad. Nunca dejar atrás las cosas que tenemos.

Es bueno pensar, no dudar, saber asegurar, no olvidar, saber sentir, no tanto demostrar.
Por esto es que sólo yo sé quién soy y quién me hace ser. Por eso yo sé qué es lo que siento, recuerdo y me reservo. Por eso, tengo ganas de decir alguna cosa más de mí, alguna cosa fuerte y segura. Lo sé porque lo siento.

Siempre sentimos cosas, siempre nos puede faltar la palabra que buscamos, pero esta vez sé lo que siento y las palabras que necesito: lo mejor de mi vida, ustedes; mis amigos.


RS

viernes, 6 de mayo de 2011

Juicio final

“Se abrazan, y después se dan patadas y se odian.” Eso es lo que se le ocurre decir a la abuela antes de que empiece el partido. Lo dice sin maldad, sin bronca, sin saber. Ella no entiende mucho de fútbol pero sí de gestos y de brazos. Por eso es que cuando alguno de los que corre por la cancha hace una mueca de payaso, a la abuela se le ocurre decir, por ejemplo, que es espantoso de feo y que se vaya a arreglar esa cara. Y si a los jugadores se les ocurre saludarse antes de empezar, algunos apretando las manos y otros palmeando el hombro o rodeando la espalda con los brazos, el juicio de la abuela va a ser definitivo y el trío demasiado crudo, demasiado idiotamente de colección. Abrazo. Patada. Odio.


FV

La casa de afuera y el viento de los recuerdos

No sé por qué será, solo sé que no es justo. No poder saber lo que pasa, querer ver qué es pero nunca alcanzar ver nada.

Ampollas de manos vacías, oídos atentos pero sin escuchar ni un latido. ¿Qué?

Si es necesario volver atrás para volver a comenzar, lo tendría que seguir pensando. No estoy seguro de intentar. No es que quiera seguir solo, acá; es que pienso si mejor que esta soledad es algo que alguien fuera me pueda dar.

Si fuese sólo eso; si este no se qué fuera lo único, lucharía por eso, por lo que quiero pero sin sentirlo, sólo vivirlo con la vida. No importa que ya no sobreviva.

Si fuese sólo eso, sólo ese no entender nada, podría algún día dejar este lugar.


RS

miércoles, 4 de mayo de 2011

Podrá hacerme calmar

Poco a poco el fuego se va apagando. Recoger cenizas: eso es lo que espero de la vida.

Habiendo agotado toda llama, muere en silencio mi pasión y casi puedo ver el cielo con mi pecho.

Lo que hago no es lo que haría, y la lámpara empezó a llorar. Es que era tan linda desnuda. Un memento…y luego encontré al fin mis brazos, ellos que estaban perdidos, estaban contigo, abrazando tu corazón. Entonces, esa noche, mientras perdía mi cabeza, comencé a llorar por cosas que nunca había entendido y todo sin nunca querer abandonar este momento. ¿Acaso no ves? Esto es como una pintura; está tan repleta de sentimientos que se quedarán por siempre ahí. Pero yo estoy bien, tan solo, estoy pintando mi dolor.

De todas formas, es mentira. Hasta los pájaros cantan bajito.


RS

martes, 3 de mayo de 2011

Hilandera

No debe tener más de 30. Es bajita. Tiene las manos curtidas, como de hilandera. El ómnibus viene hasta las pelotas y yo estoy atrás de ella, sosteniéndome como puedo, haciendo malabares con la mochila y mirando lo que no debería mirar. Sí: le estoy mirando el mensaje que está escribiendo en el celular.

En casos como ese, en general, no miro. O mejor: miro y me desentiendo enseguida. Pero esta vez me quedé porque algo me cautivó. El ómnibus iba casi trepidando, así que las palabras las veía de a saltos. Pude distinguir, sin embargo, dos oraciones que me mantuvieron prendido todo el viaje: "...a veces me tratás como si fuera una pendeja..." y "...recién cobro el viernes...". Antes de bajarme, creo ver cómo la hilandera se detiene en una tal Ana Clara y borra un mensaje.


FV

O

Qué noche esta noche. Con puertas de incógnitas y tantas paredes de papel, no elijo todavía qué acción tomar,

si de una veloz patada la puerta o de tinta y falanges la pared.

Cortaste esta vena. Porque el sol es mucho más, da alegría y hace anhelar la libertad. Fluye sincero, feliz cuando lo es; triste, frío y oscuro cuando lo es.

Ocultas hay tantas cosas, pero no poder imaginarlas nos aleja aún más.

La llama quema e ilumina esta no…

—¡CORTE! ¡CORTE!

Le dolía la cara, ¡NO HA DE DOLERLE! Un golpe de esos no se enmudece rápidamente. Le duele lo que carga, ¡ESO YA SE VE! Buena suerte y hasta luego.

El pitufo se levanta, apoya la mano en la rama de su costado y busca mantenerse vertical. La rama se rompe. El pitufo se cae.


lunes, 2 de mayo de 2011

Bosque

Se sintió perseguido.

Caminando en bajada por la vereda, las hojas esparcidas por todas partes se le pegaban a los zapatos. El parque enrejado a su derecha le tensaba la mirada. Por mucho que lo intentaba, no podía escaparle a las sombras tenues de la penumbra, y los remolinos contradictorios que se batían entre sí subiendo por la calle lo ponían alerta.

Había pasado decenas de veces por esa calle. Nunca un problema, un contratiempo, ni una mísera dificultad. Y ahora esto, de golpe. Apuró el paso. Le faltaba para llegar, pero calculaba que ya habría cubierto la mitad del camino. Los quince minutos que le quedaban los haría con energía. Así que ya empieza a acelerar, ya a entrar en calor por el miedo, ya la mano que lo agarra desde la derecha, ya las rejas que desaparecen.


FV

domingo, 1 de mayo de 2011

Hojas a fines de abril

Y si algo te dijera que esas hojas en el suelo no bailan a causa del viento ni se iluminan por los focos ni forman esas figuras imposibles sólo por algún azar.

Y si algo te diera a entender que el motivo de que se topen unas con otras no es sólo que no tienen ojos o que no pueden oír o sentir.

Y si por un segundo pareciese cercana la posibilidad de que estas hojas de fines de abril no fueran apenas desprendimientos cancerosos de árboles asustados, y en cambio surgiera muy fuerte adentro tuyo la certeza de que están vivas, inexplicablemente vivas para sus cuerpos quebradizos e inmaduros.

¿Y si estuvieras seguro de que no sos vos que pateás las hojas mientras caminás por tu callecita semioscura?

¿Y si te están siguiendo?


FV

sábado, 30 de abril de 2011

Por extraño que parezca, esa flor mira raro

Memorias y un adiós sin remedio... son los momentos del alma. Momentos de paz.

Caminantes, sólo caminar, y se hace el paso más firme sólo con el momento ideal. La suerte no existe, todo es un dado al azar. Y si el dolor es fortaleza ya nada me destruirá. Es el pensar el después, sin siquiera comprender el ahora. Sea como sea, el momento es eterno. Un despertar de sentimientos sonsos que son energía y (representan) sabiduría. Hay alguna verdad que no se dice, alguna caricia que no se da, siempre que se besa se siente el beso, cuando se mira perdido, el alma espía... pero ahí estaba yo, detrás del muro, cerca del pozo que es mi refugio. Algo pasó. Aquella noche vi a aquellos locos mirar la luna, y su mirada enloquecía.


viernes, 29 de abril de 2011

Tiempo

“¡¿Y EL TIEMPO?!”, le grita al árbitro una mujer que está a mis espaldas. Un jugador del Inter está tirado en el pasto del estadio Centenario, aparentemente dolorido, y la mujer, una grada más arriba de donde estoy yo, está muy exaltada. “¡¿Y EL TIEMPO?!”, sigue preguntando, cada vez más salida de sí, cada vez más gorda.

Porque no preciso darme vuelta; ya sé que la mujer que nos está acalambrando es gorda. Muy gorda, probablemente, y muy irritable. Sé, también, que si mañana la pecho sin querer me va a gritar igual que a este fosforescente árbitro paraguayo. No voy a saber contestarle. Sin embargo, esa pregunta que lanza al aire, y que bien podría ser un gargajo o una tangerina, encierra en realidad todos sus miedos de gorda gritona, toda su ansiedad contenida de beligerante futbolera.


FV

miércoles, 27 de abril de 2011

Supo

Entró, miró, pensó, creyó, se ilusionó, calibró, consideró, midió, calculó, sopesó, vio, quiso, deseó, añoró, comprendió, aminoró, se frenó, reculó, recalculó, volvió, emprendió, arremetió, avanzó, saltó, se equivocó, erró, falló, giró, retomó, se entusiasmó, se excitó, ardió, abrazó, besó, tocó, metió, gozó, cumplió, cayó, le dolió, durmió, despertó, recordó, reemprendió, investigó, buscó, entrevió, entrecerró, reabrió, infirió, dedujo, indujo, entendió, corrió, voló, nadó, esquió, trepó, llegó, acarició, admiró, adoró, aduló, protegió, rodeó, mantuvo, celó, observó, vigiló, atendió, amó, le importó, tropezó, odió, gritó, insultó, atacó, mordió, cortó, laceró, quemó, abrasó, mató, siguió, persiguió, acosó, enloqueció, se calmó, caminó, reflexionó, filosofó, escribió, lloró, creó, jugó, gustó, inspiró, triunfó, saboreó, probó, intentó, sostuvo, quebró, reventó, explotó, implotó, ensució, lastimó, hirió, avergonzó, se encerró, recuperó, redimió, floreció, prosperó, perfeccionó, dominó, se apropió, compartió, repartió, dio, regaló, recibió, disfrutó, supo, sonrió, la quedó.


FV

lunes, 25 de abril de 2011

Humedad

¿Por qué tendría yo que darte una explicación y así normalizar algo que sólo se justifica por su itinerante rebeldía y por la catástrofe implícita que lleva en las babas que le cuelgan de la boca y luego se le sueltan en un zarpazo húmedo que hacen subir un montón gigante de otros líquidos menos duros para los que jamás un par de razones más o menos sensatas podrán hacer revertir todas esas babas ni todos esos líquidos ni podrán siquiera echar todo para atrás ni decir que hay un motivo y que aquí está y que tómalo si quieres porque no es de eso de lo que se trata todo en este jardín de tierra azul que se desgrana con el viento de partículas azules que viene llegando a una redondez jadeante y terca y tontamente azulada?


FV

domingo, 24 de abril de 2011

Las mismas pobres

Como algo que tortura, forma una pinza con los dedos y empieza a torcer. Siempre en el mismo lugar, siempre con la misma fuerza, siempre en el mismo ángulo y siempre con el mismo efecto. Parece que no conoce de métodos, bibliotecas o caminos alternativos. Parece que lo único que conoce es la repetición –sistemática, bruta– de una figura que se instala en el centro de lo que duele. Cambia, a veces, los dedos, pero las víctimas son las mismas, una y otra vez, y no tiene temor a cansarse de la insistencia y la monotonía de agarrársela siempre con las mismas pobres hilachas desgastadas de su barba de dos meses. Siempre con las mismas débiles que no entienden por qué, siempre con estas tontas que se preguntan aunque sepan que no habrá respuesta. Ya no.


FV

En las afueras de la ciudad

Con una gran presión sobre sus hombros, un auto piensa que tiene que ir más rápido. Cerca, una persona acelera. En otro lugar, una moto entiende que no está preparada para circular y decide quedarse en el garaje de la casa. Mientras, un adolescente se recalienta y empieza a echar humo. La moto reflexiona en silencio y el padre frena a su hijo adolescente. En las afueras de la ciudad, una camioneta desvencijada opina que merece un mejor dueño. Alguien la manda a cagar. Si un loco cualquiera avanza por la calle a gran velocidad, y cuando quiere parar patina y se le va todo de control, parece que es un loco más. Un loco que ya no carga con las presiones de su auto ni manda a cagar a una camioneta insolente.


FV