Una cuestión de tamaño

miércoles, 4 de mayo de 2011

Podrá hacerme calmar

Poco a poco el fuego se va apagando. Recoger cenizas: eso es lo que espero de la vida.

Habiendo agotado toda llama, muere en silencio mi pasión y casi puedo ver el cielo con mi pecho.

Lo que hago no es lo que haría, y la lámpara empezó a llorar. Es que era tan linda desnuda. Un memento…y luego encontré al fin mis brazos, ellos que estaban perdidos, estaban contigo, abrazando tu corazón. Entonces, esa noche, mientras perdía mi cabeza, comencé a llorar por cosas que nunca había entendido y todo sin nunca querer abandonar este momento. ¿Acaso no ves? Esto es como una pintura; está tan repleta de sentimientos que se quedarán por siempre ahí. Pero yo estoy bien, tan solo, estoy pintando mi dolor.

De todas formas, es mentira. Hasta los pájaros cantan bajito.


RS

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