Una cuestión de tamaño

domingo, 1 de mayo de 2011

Hojas a fines de abril

Y si algo te dijera que esas hojas en el suelo no bailan a causa del viento ni se iluminan por los focos ni forman esas figuras imposibles sólo por algún azar.

Y si algo te diera a entender que el motivo de que se topen unas con otras no es sólo que no tienen ojos o que no pueden oír o sentir.

Y si por un segundo pareciese cercana la posibilidad de que estas hojas de fines de abril no fueran apenas desprendimientos cancerosos de árboles asustados, y en cambio surgiera muy fuerte adentro tuyo la certeza de que están vivas, inexplicablemente vivas para sus cuerpos quebradizos e inmaduros.

¿Y si estuvieras seguro de que no sos vos que pateás las hojas mientras caminás por tu callecita semioscura?

¿Y si te están siguiendo?


FV

2 comentarios:

Sólo se publican comentarios que hayan sido firmados.