Una cuestión de tamaño

jueves, 19 de mayo de 2011

¿Estoy?

Acabo de darme cuenta que puedo vivir en esta parte de la casa perfectamente, salvo que necesite algo de la cocina.  Hace tres horas que estoy acá hablando por teléfono, navegando, escribiendo.  Mi hija ni se entera; está estudiando con sus amigas. De repente pasa para el baño. Le hablo pero no me mira ni me contesta. En lugar de volver entra a mi cuarto, llama a su novio y le dice: “Me da cosa instalarnos en este dormitorio, pero voy a pensar como científica y dejarme de pavadas. Es el mejor cuarto de la casa, luminoso y amplio”.  Yo, intervengo con cierto enojo: “¿Què decís?  Es mi cuarto…”, y cuando voy a decir “son mis cosas” me doy cuenta de que está desordenado, con pilas de cajas cerradas y compruebo que ni me ven ni me escuchan.


MC

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