Una cuestión de tamaño

jueves, 12 de mayo de 2011

Semicírculo


Y en un instante la serpentina los une.

Ninguno se entera. Unos gritan sin demasiada emoción: “¡El terremoto se los va a comer de nuevo, chilenos hijos de puta!”, y los otros hacen como que no escuchan y con sus camisetas blancas y azules siguen dándole al bombo y a la paciencia.

La atención está puesta en los muchachos que corren allá abajo, sobre lo verde de un estadio hecho metrópolis. Pero esa serpentina está volando, yo la veo, carajo. Es sólo una serpentina blanca que se desenrosca de repente y cruza el aire en un semicírculo demasiado modesto. Entre el océano de serpentinas lanzadas esta es única; por un segundo, englobadas en el arco que forma en el aire, las dos hinchadas aparecen juntas. Enseguida la serpentina se desmorona alrededor del banco de suplentes de Universidad Católica.


FV

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