Una cuestión de tamaño

sábado, 30 de abril de 2011

Por extraño que parezca, esa flor mira raro

Memorias y un adiós sin remedio... son los momentos del alma. Momentos de paz.

Caminantes, sólo caminar, y se hace el paso más firme sólo con el momento ideal. La suerte no existe, todo es un dado al azar. Y si el dolor es fortaleza ya nada me destruirá. Es el pensar el después, sin siquiera comprender el ahora. Sea como sea, el momento es eterno. Un despertar de sentimientos sonsos que son energía y (representan) sabiduría. Hay alguna verdad que no se dice, alguna caricia que no se da, siempre que se besa se siente el beso, cuando se mira perdido, el alma espía... pero ahí estaba yo, detrás del muro, cerca del pozo que es mi refugio. Algo pasó. Aquella noche vi a aquellos locos mirar la luna, y su mirada enloquecía.


viernes, 29 de abril de 2011

Tiempo

“¡¿Y EL TIEMPO?!”, le grita al árbitro una mujer que está a mis espaldas. Un jugador del Inter está tirado en el pasto del estadio Centenario, aparentemente dolorido, y la mujer, una grada más arriba de donde estoy yo, está muy exaltada. “¡¿Y EL TIEMPO?!”, sigue preguntando, cada vez más salida de sí, cada vez más gorda.

Porque no preciso darme vuelta; ya sé que la mujer que nos está acalambrando es gorda. Muy gorda, probablemente, y muy irritable. Sé, también, que si mañana la pecho sin querer me va a gritar igual que a este fosforescente árbitro paraguayo. No voy a saber contestarle. Sin embargo, esa pregunta que lanza al aire, y que bien podría ser un gargajo o una tangerina, encierra en realidad todos sus miedos de gorda gritona, toda su ansiedad contenida de beligerante futbolera.


FV

miércoles, 27 de abril de 2011

Supo

Entró, miró, pensó, creyó, se ilusionó, calibró, consideró, midió, calculó, sopesó, vio, quiso, deseó, añoró, comprendió, aminoró, se frenó, reculó, recalculó, volvió, emprendió, arremetió, avanzó, saltó, se equivocó, erró, falló, giró, retomó, se entusiasmó, se excitó, ardió, abrazó, besó, tocó, metió, gozó, cumplió, cayó, le dolió, durmió, despertó, recordó, reemprendió, investigó, buscó, entrevió, entrecerró, reabrió, infirió, dedujo, indujo, entendió, corrió, voló, nadó, esquió, trepó, llegó, acarició, admiró, adoró, aduló, protegió, rodeó, mantuvo, celó, observó, vigiló, atendió, amó, le importó, tropezó, odió, gritó, insultó, atacó, mordió, cortó, laceró, quemó, abrasó, mató, siguió, persiguió, acosó, enloqueció, se calmó, caminó, reflexionó, filosofó, escribió, lloró, creó, jugó, gustó, inspiró, triunfó, saboreó, probó, intentó, sostuvo, quebró, reventó, explotó, implotó, ensució, lastimó, hirió, avergonzó, se encerró, recuperó, redimió, floreció, prosperó, perfeccionó, dominó, se apropió, compartió, repartió, dio, regaló, recibió, disfrutó, supo, sonrió, la quedó.


FV

lunes, 25 de abril de 2011

Humedad

¿Por qué tendría yo que darte una explicación y así normalizar algo que sólo se justifica por su itinerante rebeldía y por la catástrofe implícita que lleva en las babas que le cuelgan de la boca y luego se le sueltan en un zarpazo húmedo que hacen subir un montón gigante de otros líquidos menos duros para los que jamás un par de razones más o menos sensatas podrán hacer revertir todas esas babas ni todos esos líquidos ni podrán siquiera echar todo para atrás ni decir que hay un motivo y que aquí está y que tómalo si quieres porque no es de eso de lo que se trata todo en este jardín de tierra azul que se desgrana con el viento de partículas azules que viene llegando a una redondez jadeante y terca y tontamente azulada?


FV

domingo, 24 de abril de 2011

Las mismas pobres

Como algo que tortura, forma una pinza con los dedos y empieza a torcer. Siempre en el mismo lugar, siempre con la misma fuerza, siempre en el mismo ángulo y siempre con el mismo efecto. Parece que no conoce de métodos, bibliotecas o caminos alternativos. Parece que lo único que conoce es la repetición –sistemática, bruta– de una figura que se instala en el centro de lo que duele. Cambia, a veces, los dedos, pero las víctimas son las mismas, una y otra vez, y no tiene temor a cansarse de la insistencia y la monotonía de agarrársela siempre con las mismas pobres hilachas desgastadas de su barba de dos meses. Siempre con las mismas débiles que no entienden por qué, siempre con estas tontas que se preguntan aunque sepan que no habrá respuesta. Ya no.


FV

En las afueras de la ciudad

Con una gran presión sobre sus hombros, un auto piensa que tiene que ir más rápido. Cerca, una persona acelera. En otro lugar, una moto entiende que no está preparada para circular y decide quedarse en el garaje de la casa. Mientras, un adolescente se recalienta y empieza a echar humo. La moto reflexiona en silencio y el padre frena a su hijo adolescente. En las afueras de la ciudad, una camioneta desvencijada opina que merece un mejor dueño. Alguien la manda a cagar. Si un loco cualquiera avanza por la calle a gran velocidad, y cuando quiere parar patina y se le va todo de control, parece que es un loco más. Un loco que ya no carga con las presiones de su auto ni manda a cagar a una camioneta insolente.


FV

sábado, 23 de abril de 2011

Huella en una noche de lluvia

No tendría que haber cruzado sin mirar. No tendría que. Pero cru.

El auto no tendría que haber patinado. Las ruedas no tendrían que haber fallado.

El tipo no tendría que haber bajado así las escaleras de la iglesia.

Menos que menos, el tipo no debería haber cruzado con el paraguas todo abierto. No debería el paraguas haber tapado la mitad de su visibilidad. El paraguas no tenía que ser negro. Menos que menos, el paraguas no debería haber sido negro retinto, negro carbón, negro negro.

No debería el tipo, no debería yo, no debería mi acompañante; nadie en el mundo debería haber estado en esa calle, a esa hora, ese viernes. Pero estábamos. Pasmados, queriendo escapar estábamos. Pero estábamos. Y estaba también una muerte que se acobardó en una noche de lluvia.


FV

viernes, 22 de abril de 2011

Sushi

Un muchacho toca timbre a la puerta de mi casa. Es joven, morocho, con pelo largo escondido debajo de una gorra sucia. Abro, empiezo a preguntarle qué quiere y casi sin darme tiempo a terminar dice “ropa, y si no algo de comer”. Le digo que espere y cierro la puerta. Levanto la vista. Se me da por mirar un poco y qué bronca: un televisor, dos mesas de cerejeira, seis sillas, nueve cuadros, dieciséis fotos, dos huevos de pascua, dos candelabros, un revistero, una alfombra peluda, un felpudo, dos sillones, dos muebles (de cerejeira), un dvd, almohadones bordados, portarretratos, velas con forma de manzana y de planeta, una libreta de anotaciones, dos lámparas, un tablero de ajedrez, un coche de bebé, cuatro paredes impecables, un aire demasiado respirable.

No puedo darle cuatro galletas a punto de vencerse.


FV

Vas a ser vos

Un camino de tierra se abre en tres. A lo lejos, pasando el horizonte y más, todavía más, una mandíbula tiembla y se quiebra  y se recompone; no evita que pedazos de hueso roto tomen el camino y se licúen con la tierra empapada. Son dientes frescos los que brillan a la luz de una oscuridad que pierde fuerza con el paso de los minutos. Y muerden. Por eso el camino se abre en tres y la tierra no puede absorber. Por eso hay una vida que corre peligro. Por eso hay unos dedos que no paran de teclear. Porque sienten que se acerca, y si se acerca se termina todo. Los dedos, la tierra, el camino lo sabe. Alguien tiene que acabar con esta locura. Ya tendrías que saberlo. No voy a ser yo.


FV

jueves, 21 de abril de 2011

Tenés 140 palabras

Son 140. Ni más ni menos. Ni 141 ni 139. 140. Podés escribir frases cortas o largas. Da igual, siempre que las escribas y no desaparezcan. Porque para eso es esto: para que algo quede. Al final. Para que te sientes y te sientas; algo debés tener por ahí adentro. ¿Literatura, entonces? No. Es para que me ayudes a llenar espacios. Para que te ayudes. Para sentirte menos torpe. O más. Para que saques una historia y puedas decir algo. Para que hagas historia. Para que 140 sea un amigo, además de un límite. Sabés cosas y no me las estás contando. Acá no tenés que hablar. No tiene que aparecer tu cara. Solo te pido que aparezca tu nombre o tus iniciales. ¿Viste? 140. (Título y nombre incluidos.)


FV

p.d.: Mandá las 140 palabras a: 140pal@gmail.com