Una cuestión de tamaño

sábado, 30 de julio de 2011

Anular

Voy a aprovechar este rato para escribirte lo que estoy pensando. Digo voy a aprovechar porque si no, no me dejás hablar. No es que no me guste escucharte; es más, me encanta oírte decir todas esas palabras raras, tan difíciles que tengo que repetirlas mentalmente dos, tres veces para acordármelas y después vengo y las busco en el diccionario y vos seguís hablando tan lindo, yo ya me perdí, y cuando vuelvo ya no importa; por eso te decía que voy a aprovechar ahora que dormís y no te escucho para decirte que tenés una sonrisa que apaga las estrellas y palabras que me marean, y que tus manos siempre son tan lindas y tan limpias que me gusta mirarlas y que hoy vi, lo vi en serio: tenés una sonrisa, unas palabras, y tenés un anillo.

SL

miércoles, 27 de julio de 2011

Adolf Hitler [1889-1945]

Porque el día que ganaron los malos también hubo fiestas, y juegos, y tortas, y licores, y colchones, y lágrimas, y sonrisas, y alegría, y pasmo, y humedad, y peleas, y reconciliaciones. Como no son tan distintos a nosotros, cuando ellos ganan también gritan, y cantan, y se abrazan, y se jactan, y se acuerdan, y dicen mejor no, y después sí, y encuentran, y exageran. Porque cuando ellos ganan nosotros perdemos, y nos hundimos, y nos desesperamos, y decimos no puede ser, y que nada es justo, y que no es posible que nada sea justo en este mundo. Porque el día que ellos ganaron nosotros estábamos llorando, y los pañuelos y todo eso. Porque el día que nosotros ganemos ellos van a estar igual, y a nadie le va a importar nada. Ni un poquito.


FV

martes, 26 de julio de 2011

La espera

Nada más sencillo y a la vez desafiante que esperar. Simple: una debe dejarse caer sobre, digamos, un escalón, o el banco de una plaza. Acomodar los miembros de una manera más o menos recatada, husmear la cartera para disimular la ansiedad, encender un cigarrillo, quizás dos, si la suerte es favorable, y quedarse así, como si nada, expectante, imaginando cómo será cuando la veas bajar la calle, tan etérea, las manos en los bolsillos del gabán oscuro como sus ojos, acercándose un paso por vez, y te ve y al fin esa sonrisa que tanto te desvela y ahora está acá, no en una foto. El encuentro, al principio, algo raro. “Hola, al fin nos conocemos, qué linda, en serio, vos también”, y tu mano roza sus dedos y sentís que por fin sabés quién sos.


SL

martes, 19 de julio de 2011

Seropositivo

Seropositivo. Seropositivo asqueante. Grotesco, inerte, desesperante seropositivo. Locura del infierno llano. Llamas, ciervos, merengue fundido y espuma y barro caliente. Hojas semiabiertas, descompuestas en vano. Oraciones sin verbo, ínfulas gigantes sin azúcar ni nada. Una televisión entristecida por el humor tibio de un cuerpo muerto en estado de reposo animal. Terribles sillas pequeñas. Arcos y flechas enviadas sin dirección. Correspondencia enmohecida, todavía desgastada. Cráneos que no piensan, acaso flores sobresalientes o espigas dobladas. Nada aquí. Todo en otras partes de allá o allí. Pasta sin textura. Textura sin curvas. Letras vivas en papel muerto; leche. Sienes bermejas tapadas, libérrimas, traición. Finales de cuentos perdidos en líneas de tiempo imposibles. Catástrofe natural en el ojo del huracán. Plasma y células desterradas de campos viciosos. Temas de conversación alrededor de una mesa de caoba y un pan de pita roto.


FV

domingo, 17 de julio de 2011

Hablemos de ponis

Tiene nueve años recién cumplidos. Por eso nos pide lo que nos pide. Que paremos de hablar de eso. Que no le gusta. Que prefiere hablar de otra cosa. No de muerte.

—Hablemos de ponis—, dice.

"Hablemos de ponis." Impecable. No del comerciante muerto ni de Suárez, al que acaban de “bajar” por vez número mil.

Hablemos de ponis. No de caballos, yeguas o toros. De ponis. Sin más. Con naturalidad. Como si fuera el tema central. Como si fuera fácil. Olvidemos que no sabemos nada sobre el asunto o que nos importa demasiado poco como para pensar mucho en ellos.

"Hablemos de ponis", dice el nene. Y hay que obedecer. Así que, bizcochos, pascualina, figazza y mate de por medio, con el nene esperando por nosotros, seguimos mirando el partido y no hablamos de ponis.


FV

miércoles, 13 de julio de 2011

Cangrejos en el río

Hay veces en que uno no sabe a dónde quiere llegar pero igual empieza. Como estoy haciendo ahora. Aunque tal vez sí sepa a dónde quiero llegar. Lo único que sé, en este momento, es que tengo que llegar a las 140. Y lo voy a hacer. Porque las letras siempre sobran, aunque las ideas sean cangrejos en el río. Porque son nobles y porque se potencian. Porque saben que hieren, y son inteligentes. Porque a nadie le cuesta demasiado llegar a 140. Es como tener un auto nuevo y acelerar; uno llega a 140 con naturalidad, e incluso se pasa y llega a 200. Pero yo no me paso, no. ¡Qué esperanza! Como si no supiera contar palabras. Como si no tuviese un programa que lo hace por mí sin que tenga que pedírselo.


FV

martes, 12 de julio de 2011

Amarillo

Todo fue tan rápido que no dio tiempo a nada en particular; tampoco en general. Fue un saltamontes de piel y manos nada normales, para nada decentes, sobre todo culpables.

Lo miró con una cara... Y le dijo: “I have been defeated , so I put my sad face".

Ni siquiera la descripción detallada del mismo silencio que se hizo podría describir el silencio que se hizo.

Bailar. Algunos pensaban en eso y ya no podían dejar de hacerlo. El carnaval publicitario más largo del mundo había funcionado en aquella radiante ciudad sobre el río Fendop, apenas por debajo de los gigantescos montes Muraños, y la época de ideas perdidas y encontradas al azar no era una realidad, ni siquiera entre ese silencio que se hizo.

Todo me suena a color en este cromático tren bala. Tan solo.


RS

martes, 5 de julio de 2011

Gorda

Tengo la carne gorda; insensible al tacto, repulsiva a la mirada, deformada, con agujeros donde no debería haberlos, con llanura donde no debería haberla, siempre lista para recibir el trato que no recibe porque nadie la necesita, porque todos encuentran siempre carne mejor que la mía, que es así de roja y así de prescindible, y que no provoca ni asusta sino que solo pasa y se aleja y no vuelve, porque mi carne no es mi carne, al menos no la carne que yo recuerdo haber tenido cuando creía que mi carne era así de hermosa y apetecible, no como ahora, no como esta densidad apenas manipulable que llevo a todas partes y que preferiríamos que no llevara porque entonces el mundo sería un lugar más digno de ser vivido.

Yo sigo con mi carne a cuestas.


FV

domingo, 3 de julio de 2011

Yo dije

La leo en un libro: “¿Quién dijo que todo está perdido?”
Qué asco, por dios.
¿Qué clase de persona hay que ser para hacer esa pregunta?
Viene acompañada por una misiva de unos pocos párrafos que habla de compañía, cariño y de la necesidad que sienten algunos seres humanos por otros.
Más asco. Todo junto.
No entiendo cómo alguien puede preguntar eso. Eso que es tan obvio.
En realidad, no entiendo cómo alguien puede preguntarse eso.
Es como si yo te preguntara a vos: “¿Quién dijo que hoy está soleado?” Probablemente, con gentileza me dirías que lo único que tengo que hacer es sacar mi puta cabeza para afuera y comprobarlo por mí mismo.
Señor sin dignidad que hace preguntas tontas: saque la cabeza para afuera. Si no le alcanza, yo se lo digo.
Todo está perdido.


FV

Quedaré tendido; luz apagada, cabeza en almohada

If you are going to leave me tonight, let me stay on bed.
Wait a second there! I’m going to take a picture, just for me, and now you can go away and I can keep your picture.
Yes keep your picture.
And another day, and another day, again. But I can stay alone unless.
I’m stand just sometimes, time, and sitting , thinking… think... time. Time. Time. Time. Years. So many years.
Maybe I just imagine and let myself lost in the bed!
Now that I’m alone I can do my life for me. I can wake up wherever I want. Yes. And, I share my life? …at all...
I’m living my tiny time, living my life…
Tonight, you go away and never come back.
But I took your picture. Once.


RS

viernes, 1 de julio de 2011

Obediente

Es precisamente ahora, mientras me pedís que por favor me apure —y me decís que no aguantás más, que querés entrar ya y terminar con el dolor este que no sabés soportar—, cuando siento más ganas de no hacerte caso y obligarte a esperar allí afuera. Es justamente ahora que siento que me muero si no te tengo a mi merced durante dos, tres minutos más, si no te imagino con los dedos congelados de un odio deformado, con el orto abierto, con las ganas de entrar intactas y sin embargo en silencio, tan sepulcral y obediente como siempre has sido. Perdoname. Perdoname pero necesito verte sufrir, lagrimear, gritar, excusarte conmigo como si fuera un dictador o un cerdo, inventar historias para que yo, en mi vanidad, te tome, por una vez y para siempre, en cuenta.


FV

Soy un tipo querible

La primera vez que conozco a una persona trato de caerle lo peor que puedo. Hablo cuando está hablando; si me hace una pregunta miro para otro lado; si me pide algo le digo que sí y después nada. Esta es la mejor forma de poder caerle bien de verdad, sin caretas. Es la posssta. Tengo que dominar el ejercicio de caer mal para ser un brillante maestro en la artesanía de caer bien. Tengo que navegar en los destellos de la peor de las tormentas humanas para aterrizar en el pasto apenas húmedo de la confianza y tirarme a descansar en el camino sin retorno de las amistades firmes y duraderas, que en mi caso se cuentan en decenas porque logro llegar a ser un tipo absolutamente querible. Sentate y escuchá. Valgo la pena.


FV