Una cuestión de tamaño

martes, 27 de diciembre de 2011

DOS




Por un tiempo asumimos que las contradicciones eran insalvables y nos entregamos a ellas, danzando por separado en nuestros mundos, unidos por un exacto eje de simetría que dibujaban aquellos días, esas noches. Así fue que ignoramos la potencia del veneno que esas contradicciones liberaban despacio y en silencio. Es claro ahora para mí que el mundo no admite simetrías que reduzcan, que conviertan lo complejo en simple, que amolden el caos y lo conviertan en un cosmos agradable, que encaucen las fuerzas destructivas de la chance y el azar. Ahora resulta claro que, antes o después, en un último acto de simetría, uno de los dos, cualquiera de los dos, habría de desafiar esa correspondencia invariable, rindiéndose al impulso natural de comprobar la armonía por el arbitrario ejercicio de una disonancia. Así debía ser. Así fue.




sábado, 17 de diciembre de 2011

Mis primeras lecturas

Empecé a interesarme por la literatura cuando tenía trece o catorce años. A la noche le pedía los libros a mi padre, los llevaba para mi cuarto, los sacaba de sus forros de nailon y los dejaba apilados sobre el escritorio. Me sentaba en una silla enclenque frente a la pila. Tomaba dos o tres tragos de limonada con hielo. Limpiaba los lentes. En general, me acordaba de que la persiana estaba alta cuando ya me había acomodado, así que, con gran malhumor, me levantaba, la bajaba y volvía a mi silla enclenque. Entonces sí: la puerta ya cerrada, aislado del mundo, recién cenado y ávido de todos los libros, rompía la pila, los esparcía sin ceremonias sobre el escritorio, los ordenaba por tamaño y empezaba a olerlos. Página por página, cada una con su perfume.

FV

sábado, 10 de diciembre de 2011

Asi termina esta historia




En este mundo imperfecto con la lejanía de tus ojos y el anochecer oscuro que han dejado tus besos, así termina esta historia que pensé que sería eternamente. En el inmenso mar que mis ojos han logrado ver, por llorar tanto, por no tenerte más cerca de mí, así termina esta historia,en el olvido estará . En el calor que tu cuerpo se ha llevado, que me ha dejado helada como un témpano, así estoy sin ti. Tu boca que ya no es la misma que yo solía besar, tus manos a las que tanto extraño, a tus abrazos, a todo tu ser, quiero que sepas que lo importante que fuiste para mí. En este mundo imperfecto con tu adiós como eco que en mi mente resuena, sólo me queda decirte que todavía te amo.

fede

sábado, 3 de diciembre de 2011

Estatura



Pienso en vos en las noches de tormenta. Llueve y me paro frente al espejo; por primera vez en mucho tiempo puedo decir que me gusta lo que veo. Sólo un detalle: la estatura. Me pongo zapatos de tacos altos,altísimos. La espalda derecha, los hombros hacia atrás. Levanto la barbilla y miro de reojo. Ahora sí. Nada mal.
Es increíble que tenga que hacer tanto esfuerzo para tratar de alcanzarte. Empecé subiendo a cuanto escalón podía, encaramándome a sillas, bancos, alféizares de ventanas ajenas. Hasta llegué a trepar tapias y por qué no, algún árbol generoso.Y no. Para vos sigo ahi, abajo. Mínima, invisible. Vos ni siquiera  te reís de mis ganas de crecer  ni te fijás en lo linda que estoy. No me ves.
Altísimo. No puedo llegar a vos
Y sigue cayendo esta lluvia.

SL