Una cuestión de tamaño

viernes, 6 de mayo de 2011

Juicio final

“Se abrazan, y después se dan patadas y se odian.” Eso es lo que se le ocurre decir a la abuela antes de que empiece el partido. Lo dice sin maldad, sin bronca, sin saber. Ella no entiende mucho de fútbol pero sí de gestos y de brazos. Por eso es que cuando alguno de los que corre por la cancha hace una mueca de payaso, a la abuela se le ocurre decir, por ejemplo, que es espantoso de feo y que se vaya a arreglar esa cara. Y si a los jugadores se les ocurre saludarse antes de empezar, algunos apretando las manos y otros palmeando el hombro o rodeando la espalda con los brazos, el juicio de la abuela va a ser definitivo y el trío demasiado crudo, demasiado idiotamente de colección. Abrazo. Patada. Odio.


FV

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