Una cuestión de tamaño

lunes, 16 de mayo de 2011

Asiento libre

Todo pasa en un segundo. El asiento queda libre y el soliloquio empieza. “¿Me sentaré?”, es la primera pregunta. “No, ya te bajás”, respondo al toque. Pero no estoy teniendo en cuenta que vengo de trabajar, tengo sueño, estoy con hambre, estoy aburrido y, en realidad, todavía no me bajo; quedan seis o siete paradas. Así que miro al asiento con cariño paternal y al resto de los pasajeros con un poco de recelo.

—Ya me bajo.
—Sí, ya te bajás, no jodas.

—Pero ya ya me bajo.
—Pero ya ya me dijiste, pajero.

—En realidad, todavía no me bajo…
—Sí, ya te bajás, dejame de inflar las pelotas y callate.

Todo pasa en un segundo, sí, porque una vieja teatrera y con bufanda pone cara de cansada, se sienta y el asiento ya no está libre.


FV

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sólo se publican comentarios que hayan sido firmados.