Una cuestión de tamaño

jueves, 2 de junio de 2011

Ah

El sonido llegaba a cada rincón de la casa. Otro ladrido y yo seguía ojiabierto, mirando por el único pedacito de luz que contrarrestaba la envolvente oscuridad. Estaba helado de miedo. ¿Qué más podía hacer? Las cortinas de la ventana se habían movido ya dos veces y no sabía si la tercera sería la última o siquiera si habría una tercera vez. La situación se ponía peor. Otro semiladrido curtió mis pupilas mientras un balazo seco semiapagó el ladrido. ¿Qué más descubriría a través de esa diminuta abertura? ¡Qué indefenso! ¡Mierda! ¿Qué hago?

Ya llevo media o una hora. No escucho ni veo nada pero hay olor a pólvora. Un par de horas más y todo irá bien. Es olor a pólvora y está muy cerca de mi puerta. Espero que sea pólvora vieja y no sea nadie.


RS

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