Una cuestión de tamaño

jueves, 9 de junio de 2011

Produciendo verdes

Ayer descubrí que cuando me pongo nervioso mi producción de mocos se multiplica. Empiezo a sentir cómo las fosas nasales se cargan y las narinas se hinchan como globitos estirados y viejos. Si me miro al espejo, a menudo soy lo suficientemente astuto como para darme cuenta de que incluso la punta de la nariz se vuelve más sanguinolienta, como más morada. Ahí es que me pongo nervioso de verdad, porque mi nariz se convirtió en una marea suave de mocos verdes demasiado despojados de vida y demasiado apegados a mis narinas, que a esta altura no saben qué hacer con tanta merca, y yo no sé cómo decirle a los muchachos que tienen que parar de producir, que la oferta es demasiado grande para una nariz tan pequeña, refinada, bien educada y sensible como la mía.


FV

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