Una cuestión de tamaño

viernes, 10 de junio de 2011

No gris

Su entorno es triste, apagado, sombrío; está hundido en una gama de grises y marrones decolorados. Paredes, muebles, su ropa, ella misma. Como su vida de adolescente pobre, enfrentada a todas las carencias, su autoestima está horadada por feroz discriminación ancestral, que, aunque provenga de su ignorancia y no de su maldad, cumple su fatal misión.  Por horas piensa en soluciones tan fantásticas como trágicas. Por horas piensa en sus sueños –que ella cree– no posibles. Cuando pasa el momento oscuro, la rebeldía de su juventud la desafía y recurre a lo único de la casa que la deslumbra y que resalta con su color ambarino, naranja, vivo, de belleza inigualable, donde ella se fascina maravillada de que exista algo tan magnífico a su alcance, luz maravillosa que ilumina su entorno gris: una tibia taza con .


MC

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