Una cuestión de tamaño

lunes, 20 de junio de 2011

Qué lindo silencio

Dicen que en el árbol vivía una chica media mona. Trepaba y sola subía. Nadie la quería ver.

Dicen que tenía pulgas y que comía bananas. Desde chiquitita no quería bajar.

La gente le ponía lechugas y demás alimentos simiescos, pero la chica mona no comía nada de lo que le dejaban.

La chica del árbol no quería bajar y la gente pensaba que eso realmente era verdad.

Ella se inclinaba mientras pensaba.

La chica mona solía gritar incoherencias que la gente no lograba entender. Pero la escuchaban.

—¡Es bueno saber que no estás!—, era un grito de los más que por ahí se escuchaban.

Nadie jamás nunca se animó a intentar descifrar los enigmas de aquellos mensajes.

Seguramente porque sus mensajes eran demasiado claros.

“¡Es bueno saber que no estás!”

Un grito de más.


RS

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