Una cuestión de tamaño

jueves, 23 de junio de 2011

Perla

Un día normal. Nada más que realidad. Es solo una noche, una noche espacial.

Realidad que, si no duele, intenta doler.

Es como vivir una enfermedad. Tan silenciosa es, que enmudece. La vida o la parca muerte en la carne, en la carne propia. Lo verías mejor así, llorando, cuando cada lágrima es igual a cada una de tus gotas de sangre. Ambas recorren algún camino azaroso, tibio y sin retorno. Siempre, siempre una razón las hizo aparecer.

Eternamente me costó levantarme del suelo si estoy lleno, boca abajo y por alguna circunstancia de vida. Pero perennemente me reto para seguir adelante. Miro  a los árboles; ellos que son tan pesados, ellos que, incluso por el propio hecho e incluso por tierra enterrados, se levantan.

Se termina al fin este frío sudor que recorría mi piel, mi ser.


RS

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