Una cuestión de tamaño

jueves, 23 de junio de 2011

Galletitas de chocolate

Si fuera por mí no vendría nunca más, pero la gente está loca. Me siento tan ajeno a este lugar, rodeado de pobres enfermos que no tienen nada en qué pensar, mientras a mí se me hace tarde para la hora de la merienda. Faltan ocho minutos para las galletitas de chocolate y las agujas del reloj parece que no se movieran.

La mujer de enfrente seguía callada y parecía más atemorizada que antes. Ella también me molestaba, era una loca cualquiera, igual que todos los que estaban ahí. Pero yo no. El doctor era el único que me creía. Él era bueno. Por eso cuando me obligan a venir, vengo. Es un gran doctor, me escucha siempre con atención. Antes me molestaba que me obligara a tomar pastillas. Ahora no. Solo como galletitas de chocolate.


ML

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