Una cuestión de tamaño

sábado, 1 de octubre de 2011

Algún día

Ya, algún día, mañana o en treinta años, cuando vos estés entrando tu auto a tu garaje y tu esposo te esté mirando por la ventana y vos vuelvas del trabajo y tus hijos te estén esperando adentro de tu casa y pienses que qué bueno pero qué cansada estoy, cómo se me ha pasado la vida, yo capaz que te voy a estar esperando en la puerta de tu casa y te voy a contar. Entonces vos vas a entender algo más y vas a llorar, y yo voy a llorar, y te voy a saludar y me voy a ir y al día siguiente nos vamos a juntar a tomar un café porque vamos a seguir siendo muy buenos amigos, aunque siga habiendo temas de los que apenas hablamos y miedos que no queremos resolver.

FV

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sólo se publican comentarios que hayan sido firmados.